Un suave sabor latino

Los Coyotes de Víctor Abundancia Aparicio presentaron De color de rosa con un concierto muy trabajado, tanto a nivel musical como escénico. Después de unos comienzos en 1980 como grupo de rock and roll clásico, dieron un giro radical buscando la inspiración en Iberoamérica, jugando ahora con la salsa, la milonga o la cumbia. Sabor latino basado en unas imprescindibles percusiones, tan ricas como el resto de los arreglos.Víctor es un cantante atrayente, o al menos eso cree él y hace creer a los demás, que juega continuamente con el calor físico y musical, a golpes de pelvis...

Los Coyotes de Víctor Abundancia Aparicio presentaron De color de rosa con un concierto muy trabajado, tanto a nivel musical como escénico. Después de unos comienzos en 1980 como grupo de rock and roll clásico, dieron un giro radical buscando la inspiración en Iberoamérica, jugando ahora con la salsa, la milonga o la cumbia. Sabor latino basado en unas imprescindibles percusiones, tan ricas como el resto de los arreglos.Víctor es un cantante atrayente, o al menos eso cree él y hace creer a los demás, que juega continuamente con el calor físico y musical, a golpes de pelvis o de tambor. El sonido de la sala fue nítido y fuerte, y las luces muy cuidadas, favoreciendo de esta manera un contacto con el público que pudo ser mayor.

Es necesario recordar que este tipo de música tiene como gran finalidad el baile, y el numeroso público de la sala Rock Club, en su mayoría gente relacionada con el rock madrileño, no acabó de dar rienda suelta a sus pies. Y es que Madrid no es Nueva York, y Los Coyotes no son la banda de Ruben Blades.