Cartas al director

Fuera bases

Me gustaría poder describir el sentimiento de rabia y de asco que nos producen, como trabajadores españoles de la base de Torrejón, Zaragoza, Morón, Rota, etcétera, las marchas que esporádicamente se organizan para pedir la desmantelación de las mismas. ¿Se dan cuenta sus organizadores que con su actitud están poniendo en peligro el puesto de trabajo de miles de españoles, o acaso piensan que las bases están sólo compuestas por personal americano? ¿Qué pensarían ellos si nosotros nos echásemos a la calle a pedir la desarticulación de Spantax, o la prohibición de la comercialización de la carne...

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Me gustaría poder describir el sentimiento de rabia y de asco que nos producen, como trabajadores españoles de la base de Torrejón, Zaragoza, Morón, Rota, etcétera, las marchas que esporádicamente se organizan para pedir la desmantelación de las mismas. ¿Se dan cuenta sus organizadores que con su actitud están poniendo en peligro el puesto de trabajo de miles de españoles, o acaso piensan que las bases están sólo compuestas por personal americano? ¿Qué pensarían ellos si nosotros nos echásemos a la calle a pedir la desarticulación de Spantax, o la prohibición de la comercialización de la carne de cerdo, o la abolición del sistema educativo, por citar sólo algunos de los conflictos laborales más recientes, a los que, por otra parte, se ha dado infinitamente mayor cobertura que al nuestro, al menos en televisión, lo que nos induce a temer que los rumores de manipulación del ente no tienen nada de dislate?¿Se da cuenta el pueblo español, o al menos aquella parte disidente, de lo que significan las bases? Las bases están en España para ayudar a las fuerzas militares españolas a que los soviets no hagan de nuestro país lo que de Afganistán, por ejemplo. Sin injerir para nada en problemas internos de soberanía. Lo cual le cuesta al elector americano, ricos y proletarios, un esfuerzo económico tremendo, cada vez más con la caída del dólar. Y los cientos de familias y jóvenes americanos que están destinados en las bases lo hacen a costa de estar a más de 3.000 kilómetros de distancia de sus hogares. Y no hablemos de la deuda contraída por Europa (de la que no hace falta matizar que España forma parte) por la sangre derramada desde Normandía a Sicilia por los millares de americanos que vinieron a liberarnos del terror de Hitler.

Aún más; si los inversores americanos deciden que unos aliados que escriben en los muros "yankee go home" y que se manifiestan en contra de su presencia no merecen la pena, y dejan de invertir capital en compañías americanas como Unisys, IBM, Cyanamide, etcétera, que a tantos españoles dan de comer, no sólo nosotros lo sentiremos, sino que la economía española se tambaleará-

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