NUEVE DÍAS DE TERROR

"Me encuentro bien, estoy feliz y ahora quiero regresar a casa"

Los 12 rehenes liberados en Larnaca se reponen de la pesadilla vivida en el aparato

Disdashas impecables, kufias apenas acabadas de planchar, barbas recién rasuradas y una mirada todavía incrédula diferenciaban ayer a un grupo de kuwaitíes del resto de los pasajeros del aeropuerto internacional de Larnaca (Chipre). Por fin había acabado para ellos la pesadilla. Un curioso canje de 3.750 litros de queroseno (para el aparato) por personas había permitido el día anterior a los mediadores palestinos obtener la liberación de 12 de los rehenes del Boeing 747 de la Kuwait Airways secuestrado el pasado martes 5. Recobrada la libertad en la madrugada de ayer, los ex rehenes regresaban...

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Disdashas impecables, kufias apenas acabadas de planchar, barbas recién rasuradas y una mirada todavía incrédula diferenciaban ayer a un grupo de kuwaitíes del resto de los pasajeros del aeropuerto internacional de Larnaca (Chipre). Por fin había acabado para ellos la pesadilla. Un curioso canje de 3.750 litros de queroseno (para el aparato) por personas había permitido el día anterior a los mediadores palestinos obtener la liberación de 12 de los rehenes del Boeing 747 de la Kuwait Airways secuestrado el pasado martes 5. Recobrada la libertad en la madrugada de ayer, los ex rehenes regresaban a casa.

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Los recién liberados, 10 kuwaitíes y dos jordanos, fueron recogidos por tres ambulancias e inmediatamente trasladados al Hospital General de Larnaca, donde se les sometió a un completo chequeo."No tenían nada grave", declaró ayer el doctor Khristos Milkiades, que les atendió en una de las plantas del hospital, "regalo del Gobierno de Estados Unidos al pueblo de Chipre", según reza una inscripción sobre mármol a la entrada del edificio.

"Se caían por el suelo"

No obstante, su apariencia física era bastante mala, lo que resulta lógico después de haber pasado ocho días encerrados en un espacio muy limitado, casi sin dormir y habiéndose alimentado bastante mal.

"Se caían por el suelo", aseguró a EL PAÍS la jefa de enfermeras del centro médico, supervisora Murtisa Mavratsa. Esta enfermera, de origen armenio, y que con una gran simpatía atendió "a periodistas de todo el mundo, policías y agentes de la CIA", compartió las primeras horas de libertad con los 12 pasajeros. "Estaban muy cansados y han dormido como niños. No creo que hayan tenido pesadillas. Esta mañana se mostraban muy contentos", declaró ayer poco después de la salida de los ex rehenes.

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Les causó gran impacto psicológico enterarse de la muerte de dos de sus compañeros de vuelo, dato que desconocían, según manifestaron a su llegada al hospital. Tampoco supieron en ningún momento en qué aeropuerto del mundo se hallaban.

Durante el cautiverio, relataron, los secuestradores les habían tratado en todo momento con una gran deferencia, a pesar de que les mantuvieron con las manos atadas con cuerdas y no les dejaban hablar. Para evitar cualquier posibilidad de comunicación entre los rehenes, los piratas les obligaban a cambiar periódicamente de asiento, de forma que no pudieran establecer ningún código con sus vecinos de butaca.

Una vez al día, recibían una ración de agua y comida. Para ir al baño, debían pedir permiso y sólo podían hacerlo de uno en uno. Sin embargo, los nervios y el miedo bloquearon las funciones fisiológicas de uno de los liberados que, según informó a una de las enfermeras, no fue al aseo durante los últimos cinco días.

"Me encuentro bien, estoy feliz y ahora quiero regresar a casa", balbuceé, casi entre sollozos, Chatiki Yusef Ranises, uno de los 12 ex rehenes, mientras abrazaba a sus familiares poco después de su liberación. Chauki tiene 16 años y se encontraba a bordo del vuelo KU-422 cuando éste se convirtió en una pesadilla. Otros rehenes de más edad se limitaban a dar gracias a Alá. Numerosos familiares se habían desplazado a Chipre, en un vuelo especial de la Kuwait Airways, a la espera de noticias sobre el destino de sus seres queridos. No todos tuvieron la misma suerte. Otros 32 rehenes permanecen aún a bordo del aparado que a primeras horas de la madrugada de ayer se trasladó a la capital argenlina.

Exhausto

Después de descansar toda una noche en el hospital, comer y beber en abundancia, y haberse higienizado, no parece que ninguno de los 12 liberados presente problemas orgánicos. De todas formas, especialistas consultados a este respecto temen que puedan quedarles secuelas que se manifiesten en forma de trastornos psicológicos, pesadillas o fobias a volver a volar. En todo caso, agregan, lo más probable es que éstas desaparezcan con el paso de los años.

El director general de Aviación Civil de Chipre, Michael Irododu, rehusó por su parte, hacer ningún de tipo de comentarios. A una pregunta de esta corresponsal, manifestó que se encontraba exhausto. "Espero que lo comprenda", dijo Irododu, que ha participado directamente en las negociaciones entre secuestradores y autoridades chipriotas junto a los palestinos, y se refirió a un comunicado oficial del Gobierno.

En dicho mensaje, se daba cuenta del agradecimiento del Emirato de Kuwait a las autoridades chipriotas. El jefe de la delegación kuwaití desplazada a la isla para seguir las negociaciones acudió personalmente ayer a la sede la presidencia para demostrar su gratitud al presidente Georgios Vasiliu.

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