Crítica:

La orquesta de cámara hispano-holandesa se presenta en Amsterdam

La orquesta de cámara hispano-holandesa Concerto Ibérico se estrenó en público, el pasado fin de semana, en la iglesia valona de Amsterdam. Creada por el violonchelista donostiarra Elías Arizcuren catedrático del conservatorio de la ciudad, y compuesta por ocho instrumentistas españoles y 12 holandeses, el conjunto escogió obras de Mozart, Janacek, Richard Strauss y Shostakovitch para su primer concierto. Lev Markiz, que dirige regularmente la Nederlands Kamerorkest, condujo esta primera aparición formal de un grupo con vocación de instalarse en España.

La Sinfonía número 29 ...

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La orquesta de cámara hispano-holandesa Concerto Ibérico se estrenó en público, el pasado fin de semana, en la iglesia valona de Amsterdam. Creada por el violonchelista donostiarra Elías Arizcuren catedrático del conservatorio de la ciudad, y compuesta por ocho instrumentistas españoles y 12 holandeses, el conjunto escogió obras de Mozart, Janacek, Richard Strauss y Shostakovitch para su primer concierto. Lev Markiz, que dirige regularmente la Nederlands Kamerorkest, condujo esta primera aparición formal de un grupo con vocación de instalarse en España.

La Sinfonía número 29 de Mozart abrió un programa magníficamente interpretado que subiría de tono con la Suite para cuerda de Janacek, alcanzando su punto álgido con la ejecución de la Sinfonía de cámara, de Dimitri Shostakovitch.

La edad media de los integrantes de Concerto Ibérico es de27 años. Se trata de antiguos solistas de la Orquesta de Cámara de Europa, que dirige Claudio Abbado, y de la Joven Orquesta Nacional de España. Varios de ellos proceden del Conservatorio de Amsterdam, del que son profesores.

El pasado sábado, los 20 músicos fueron capaces de transmitir la emoción de Mozart, el lirismo de Janacek y el sentimiento desgarrador pero también hermético de Shostakovitch. La propina de Chaikovski fue de nuevo un ejercicio de virtuosismo y capacidad de entrega al unísono.

Elías Arizcuren, catedrático de chelo y música de cámara del Conservatorio de Amsterdam, se encontraba entre el público el día del estreno.

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