Crítica:ÓPERA

La triunfadora Enedina Lloris

Con este Don Pasquale se anuncia la perspectiva de una esperada actividad operística interrumpida en Valencia desde la desaparición de la Asociación Valenciana de Amigos de la Opera, en 1979. La dignidad general de esta representación, y el hecho de que la ópera surgiera con fluidez y con la suficiente matización para su correcta apreciación por el público, tiene una importancia añadida para la valoración del género.Hasta hace pocos años, dejando casos excepcionales, la ópera bufa o semiseria -como este. Don Pasquale- aparecía como género menor, musicalmente superficial, d...

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Con este Don Pasquale se anuncia la perspectiva de una esperada actividad operística interrumpida en Valencia desde la desaparición de la Asociación Valenciana de Amigos de la Opera, en 1979. La dignidad general de esta representación, y el hecho de que la ópera surgiera con fluidez y con la suficiente matización para su correcta apreciación por el público, tiene una importancia añadida para la valoración del género.Hasta hace pocos años, dejando casos excepcionales, la ópera bufa o semiseria -como este. Don Pasquale- aparecía como género menor, musicalmente superficial, divertido todo lo más, y reducido a unas cuantas arias famosas: Una furtiva lacrima, por ejemplo, era todo L'elisir d'amore; el resto, supuesta fruslería canora y chitarrone orquestal.

Don Pasquale

G. Donizetti. Intérpretes: Enedina Lloris, Carlos Chausson, Gregory Kunde, Francisco Valls. Orquesta Municipal y Coro de Valencia. Director de escena: Emilio Sagi. Director musical: Manuel Galduf.Teatro Principal de Valencia, 11 de diciembre

Estas premisas me parecen relevantes para considerar la repreientación que comentamos. Los valores bufos, a la par que los sentimentales, en esta obra dorizettiana, se expresaron básicamente a través del canto y de la erquesta, no sustituidos por la caricatura o el truco histriónico. En este sentido, la dirección escérxica de Emilio Sagi fue precisa, cortenida y al servicio de la música.

La afección y el volumen

Carlos Chausson cantó, y no gesticuló, su partitura, y a sus calidades tímbricas, segura impostación y propiedad estilística añadié la justa rotundidad y volumen en un teatro como el Principal, que le era adecuado para sus características de bajo-barítono en el personaje de Don Pasquale. Fr incisco Valls, barítono valenciano, se mostró en algunos momentos inermado de volumen, por una reciente afección, dejando, constancia de su precisión técnica. El tenor Gregory Kunde sólo pudo dictar, sin más, su parte.La soprano Enedina Lloris fue la justa e indiscutible triunfadora, en un personaje, Norina, que domina perfectamente desde el punto de vista expresivo y para el que se muestra sobrada de facultades técnicas, por pureza tímbrica, impecable fraseo y absoluta precisión en la coloratura. Una Norina ciertamente ideal para una representación cuyo tono general fue atentamente dirigido por Manuel Galduf, notorio, por ejemplo, en los concertantes. El buen nivel actual de la orquesta encontró en algunos momentos el escollo del foso operístico -apenas practicado en los últimos años-, en la levedad y transparencia para articularse en los pasajes rápidos de bajo y barítono o en la densidad (excesivo forte) en el acompañamiento a las intervenciones del bajo. Hay que destacar, por último, la buena actuación del recién creado Coro de Valencia.

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