Un cohete con una estela de 100 metros saluda en Comiso la firma del tratado

Toda Italia recibió con júbilo el anuncio del acuerdo de Washington. En Comiso, la pequeña localidad siciliana donde duermen los 64 misiles escondidos en el bunker de Cruisetown, la fiesta duró toda la noche. Un cohete de fuegos artificiales se alzó en el cielo de la noche con la frase: "Bye, bye, Cruise" en una estela de 100 metros.Un monje budista que había ayunado en la plaza de Comiso durante una semana, tocando su tambor oriental, se unió también feliz a la fiesta. La alcaldía concedió el primer premio de la paz a un representante de la Embajada soviética y a otro de la Emba...

Toda Italia recibió con júbilo el anuncio del acuerdo de Washington. En Comiso, la pequeña localidad siciliana donde duermen los 64 misiles escondidos en el bunker de Cruisetown, la fiesta duró toda la noche. Un cohete de fuegos artificiales se alzó en el cielo de la noche con la frase: "Bye, bye, Cruise" en una estela de 100 metros.Un monje budista que había ayunado en la plaza de Comiso durante una semana, tocando su tambor oriental, se unió también feliz a la fiesta. La alcaldía concedió el primer premio de la paz a un representante de la Embajada soviética y a otro de la Embajada norte americana. Y ahora Comiso, que ha luchado durante estos años con todas sus fuerzas para que los misiles se alejasen de la tierra de los limones, pide que la base atómica se convierta en un lugar civil, y ya no militarizado. Los lugareños piden que se construya un museo, escuelas o centros culturales. Que sea todo menos una tierra de guerra. La última palabra la tendrá ahora EE UU, que deberá trasladar a otro lugar a los 4.000 militares estadounidenses que allí se encuentran para hacer funcionar y defender la fortaleza atómica siciliana.

[En la RFA, los habitantes de las ciudades próximas a las bases de los euromisiles se han sentido aliviados ante el anuncio de que los cohetes se marcharán, pues así cesarán las manifestaciones pacifistas en esos lugares, informa Reuter. Algunos ayuntamientos temen que la salida de los cohetes provoque una crisis económica local, pues con ellos se marcharán varios miles de soldados.]