Crítica:'JAZZ'

Las damas primero

Las damas primero tituló el Lincoln Center, de Nueva York, un reciente homenaje a las grandes voces femeninas de la historia del jazz en el que participaron, entre otras, Betty Carter y Sasha Dalton. En el Círculo de Bellas Artes, y dentro de la agotadora jornada que supone la convocatoria de un doble recital después de otro doble recital, fueron damas quienes llenaron el recinto más allá de su aforo. Produjeron algunos de los momentos más bellos y de mayor emoción de este festival. Sus nombres: María Joáo, Aki Takase y Dorina Hightower.María Joáo nos puede hacer recordar una antigu...

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Las damas primero tituló el Lincoln Center, de Nueva York, un reciente homenaje a las grandes voces femeninas de la historia del jazz en el que participaron, entre otras, Betty Carter y Sasha Dalton. En el Círculo de Bellas Artes, y dentro de la agotadora jornada que supone la convocatoria de un doble recital después de otro doble recital, fueron damas quienes llenaron el recinto más allá de su aforo. Produjeron algunos de los momentos más bellos y de mayor emoción de este festival. Sus nombres: María Joáo, Aki Takase y Dorina Hightower.María Joáo nos puede hacer recordar una antigua grabación en la que Louis Keppard reconstruye con su sola voz el sonido de la orquesta de su herinano Freddie tal como sonaba en 1910. Louis expone el tema como si él fuera toda la banda y luego pasa a hacer los solos. En ese mismo prodigio se desenvuelve la portuguesa María Joáo. Ya de Jarreau y McFerrin se dijo que albergaban en sus gargantas toda una orquesta. También María, que esta vez contaba con el acompañamiento de cuatro o cinco pianistas en la japonesa Aki Takase, siempre magnífica.

VIII Festival de Jazz de Madrid

María Joáo-Aki Takase, 19 de noviembre. Donna Hightower, 21 de noviembre. Círculo de Bellas Artes. Madrid.

Y se entendieron. No se trataba de un encuentro Portugal-Japón, sino una exacta afirmación del territorio común: el jazz. La Joáo no sólo se desenvuelve en lo que podría degenerar en truco. De sus labios salen metales, contrabajo y es también su propia baterista, pero cuando se trata de exponer un tema deslumbra de nuevo con su voz. Fue después de que Takase triunfara a piano solo cuando María Joáo llevó su destreza hasta lo inmensamente bello. Su interpretación de Lush life fue una exquisita invitación a la educación sentimental.

Donna Hightower convocó la máxima audiencia en la clausura en la madrugada del domingo Está en una forma magnífica. Sigue sorprendiendo que una cantante de su profundidad pueda ser también tan ligera, tan sabia en la disposición de sus virtudes. Estremece cuando, sin acompañamiento, inicia Motherless child, y luego resulta aérea y delicada en la interpretación de baladas y estándares. Hace años podíamos verla todas las noches y ahora es dificil poder escucharla en Madrid, una ciudad en la que llegó a confirmar la afición al jazz en muchos de nosotros.

Donna mereció estar en la dignidad de la programación de recital concierto en teatro, pero según la organización, no se pudieron fijar fechas hasta última hora. Donna tiene que volver a multiplicarse en la vida jazzística madrileña, y no sería malo que en el próximo festival se prestara mayor atención a esa particular tradición indómita del jazz: increíbles voces de increíbles mujeres.

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