Cartas al director

'Guerra de las banderas'

En relación a los graves sucesos ocurridos en las fiestas de Bilbao, enmarcados en el contexto general en que se desarrolla la denominada guerra de las banderas, la lógica del diario EL PAÍS -reflejada en el editorial del 23 de agosto- tiene una apariencia sólida y diáfana: los provocadores abertzales plantean, en el marco de una estrategia perfectamente delimitada, la provocación, y eligen el escenario de ésta; las fuerzas ocultas de la reacción responden simétricamente, tal y como corresponde a dos cataduras ideológicas que persiguen, por medio de la violencia, acosar al...

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En relación a los graves sucesos ocurridos en las fiestas de Bilbao, enmarcados en el contexto general en que se desarrolla la denominada guerra de las banderas, la lógica del diario EL PAÍS -reflejada en el editorial del 23 de agosto- tiene una apariencia sólida y diáfana: los provocadores abertzales plantean, en el marco de una estrategia perfectamente delimitada, la provocación, y eligen el escenario de ésta; las fuerzas ocultas de la reacción responden simétricamente, tal y como corresponde a dos cataduras ideológicas que persiguen, por medio de la violencia, acosar al Gobierno democrático y a la misma democracia.Aparentemente, esta argumentación resulta intelectualmente intachable, aunque no por ello menos discutible. Pero todo el edificio del brillante editorial que lo sostiene: se viene abajo cuando se afirma que "la insobornable voluntad del señor gobernador de ser fiel a lo que de él esperaban los celadores de la patria se tradujo en el envío de numerosos efectivos policiales al escenario elegido por los provocadores". Si los gobiernos civiles

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'Guerra de las banderas'

Cartagena, Murcia.

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