¿Quién llena hoy las plazas de toros?
Cebada / Manzanares, Niño de la Capea, OjedaGONZALO ARGOTE A la pregunta que encabeza esta crónica cabe contestar que por sí solo nadie. únicamente la plaza de Málaga se llenó el viernes, cuando comparecieron juntos Espartaco y Ojeda. Aquél, en la primera de feria no la llenó. Éste, en la corrida de ayer tampoco.
La corrida de ayer se ha desarrollado en tono mayor: el Niño de la Capea ha realizado una muy importante faena a su primero. Lo toreó sobre la mano derecha con hondura, cargando la suerte, con mucho hilván. También el natural, menos prodigado, tuvo altísima calidad y so...
Regístrate gratis para seguir leyendo
Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
Cebada / Manzanares, Niño de la Capea, OjedaGONZALO ARGOTE A la pregunta que encabeza esta crónica cabe contestar que por sí solo nadie. únicamente la plaza de Málaga se llenó el viernes, cuando comparecieron juntos Espartaco y Ojeda. Aquél, en la primera de feria no la llenó. Éste, en la corrida de ayer tampoco.
La corrida de ayer se ha desarrollado en tono mayor: el Niño de la Capea ha realizado una muy importante faena a su primero. Lo toreó sobre la mano derecha con hondura, cargando la suerte, con mucho hilván. También el natural, menos prodigado, tuvo altísima calidad y sobre todo en el remate con el de pecho, soberano. Después, a pies juntos y muy cerca, vino un toreo cadencioso, de tono menor. Lo mató de una estocada hasta la bola y cortó las dos orejas otorgadas, por primera vez, en esta feria. En el quinto estuvo voluntarioso y aseado, pero la faena careció de brillantez. Lo atravesó con la espada.
Toros de Cebada Gago, de presentación decorosa, nobles y bravos, excepto el sexto, que fue muy manso
José María Manzanares: pitos y ovación. Niño de la Capea: dos orejas y ovación con salida a hombros. Paco Ojeda: dos orejas y ovación con salida a hombros. Tres cuartos de plaza. La Malagueta, 22 de agosto
Paco Ojeda también cortó las dos orejas pero su faena tuvo otro nivel. Manzanares anduvo abúlico y desconfiado en su primero, y aunque con mayor ánimo, no consiguió centrarse con el cuarto. Los dos toros se merecían más de los que les hizo el de Alicante.