Crítica:JAZZ

Cultura y baile

Martial Solal es un pianista de acusada singularidad. Se puede invocar el magisterio de Art Tatum, pero también el de Bud Powell, precisamente dos pianistas opuestos. Entonces queda el Martial Solal, pianista singular. Todo lo que tiene de culto lo tiene también de sabio, y tanta destreza e ingenio es difícil que transcurran en la vía de la emocionalidad. Y aun así sucede, pues este francés nacido en Argelia es notable exponente de una cultura que atesoró el concepto de sprit. Con Patrice Caratini y Aaron Scott dio lección de sí mismo en la recreación de superclásicos como Afl ...

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Martial Solal es un pianista de acusada singularidad. Se puede invocar el magisterio de Art Tatum, pero también el de Bud Powell, precisamente dos pianistas opuestos. Entonces queda el Martial Solal, pianista singular. Todo lo que tiene de culto lo tiene también de sabio, y tanta destreza e ingenio es difícil que transcurran en la vía de la emocionalidad. Y aun así sucede, pues este francés nacido en Argelia es notable exponente de una cultura que atesoró el concepto de sprit. Con Patrice Caratini y Aaron Scott dio lección de sí mismo en la recreación de superclásicos como Afl the things you are, Round midnight o Invitation. Cuarenta minutos fueron pocos para su presentación en concierto en España.Manu Dibango y su consistente banda clausuraron el festival con parejas de baile en el patio de butacas. Estrella del afro-jazz, hace bien lo que se propone: ritmos y voces africanas desde la cultura del jazz. También fue breve y bravo.

VII Festival de Jazz de San Isidro

Concierto de Martial Solal y Manu Dibango. Teatro Albéniz. Madrid, 16 de mayo

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