Los puyazos traseros
Los picadores son quienes mandan hoy en la lidia y, si mandan en la lidia, mandan en la fiesta. Los picadores, salvo excepciones rarísimas, tienen por oficio destruir a los toros mediante puyazos traseros. Ejercen esta tropelía desde la impunidad porque los matadores la toleran o alientan y los presidentes no hacen uso de su autoridad para acabar con ella.No tiene sentido que los buenos ganaderos se esfuercen en criar un toro de trapío, encastado, bravo, incluso fuerte, para que sea pasto de esta insufrible acorazada de picar, que destrozando al toro destroza todos los valores esenciales de la...
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Los picadores son quienes mandan hoy en la lidia y, si mandan en la lidia, mandan en la fiesta. Los picadores, salvo excepciones rarísimas, tienen por oficio destruir a los toros mediante puyazos traseros. Ejercen esta tropelía desde la impunidad porque los matadores la toleran o alientan y los presidentes no hacen uso de su autoridad para acabar con ella.No tiene sentido que los buenos ganaderos se esfuercen en criar un toro de trapío, encastado, bravo, incluso fuerte, para que sea pasto de esta insufrible acorazada de picar, que destrozando al toro destroza todos los valores esenciales de la lidia.
Muchos matadores dejan hacer porque, al fin y al cabo, la mayor potencia del picador resta agresividad al enemigo, que es el toro. Se comprende, aunque no se comparta. Lo que no se comparte ni se comprende es la pasividad de los presidentes, la mayor parte de los cuales parecen puestos en el palco por el Ayuntamiento; o quizá por empresarios y toreros -como malician, injustificadamente, algunos aficionados-, lo cual está feo.