Gillett: "El 'rock' vive de explotar los hallazgos de músicos negros"

Para participar en las jornadas sobre joven creación y mercado, organizadas por la Comunidad de Madrid, ha visitado España el crítico musical británico Charlie Gillett. El hombre que primero programó en la radio al grupo Dire Straits confiesa que actualmente sólo halla esa frescura sonora en discos africanos o caribeños."Dire Straits me ofrecieron ser su representante, pero se me ocurrió que no era agradable tener que estar 24 horas dedicado a un grupo", dice Gillett. "Como ves", añade, "mi sentido comercial no está muy desarrollado". Charlie Gillett ha colaborado decisivamente al éxito de art...

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Para participar en las jornadas sobre joven creación y mercado, organizadas por la Comunidad de Madrid, ha visitado España el crítico musical británico Charlie Gillett. El hombre que primero programó en la radio al grupo Dire Straits confiesa que actualmente sólo halla esa frescura sonora en discos africanos o caribeños."Dire Straits me ofrecieron ser su representante, pero se me ocurrió que no era agradable tener que estar 24 horas dedicado a un grupo", dice Gillett. "Como ves", añade, "mi sentido comercial no está muy desarrollado". Charlie Gillett ha colaborado decisivamente al éxito de artistas como lan Dury, Lena Lovich, Paul Hardcastle o el grupo de Mark Knopfler, pero no se considera un hombre de la industria del disco.

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"En mi sello Oval", dice, "he tenido varios temas que estu vieron a punto de entrar en las listas pero que nunca lo lograron; como en todos los países, las compañías independientes tienen grandes problernas de distribución". A sus 45 años, Gillett mantiene un, aspecto juvenil y una pasión desbordante por la música, "algo", confiesa, "que creo es muy propio de los que crecimos en los años cincuenta y sesenta; los chicos de ahora no tienen esa obsesión por los discos que nos dominaba a nosotros".

Fue esa monomanía la que lo llevó en los años setenta a publicar una serie de libros eruditos, entre los que destaca el imprescindible The sound of the city (editado en 1970, revisado en 1983), monumental panorámica de las primeras décadas de la historia del rock (curiosamente, el tomo fue traducido al castellano pero nunca llegó a ser publicado).

Gillett se siente particularmente crítico respecto al presente del rock. "No hay grandes ideas. Los grupos que se consideran a sí mismos como la vanguardia son en realidad viajantes que actúan para promocionar las ventas de sus discos", afirma. "Un Springsteen que me fascinó en los primeros tiempos vive hoy de reiterar su fórmula. Añoro los días en que gente como Dylan era capaz de desafiar las expectativas de su público y dar giros de 180 grados a su música; sólo Prince se arriesga ahora a alinear a sus seguidores", agrega.

La inocencia del 'rock'

Desde hace varios años, Gillett tiene un programa en la emisora londinense Capital Radio. Últimamente la mayoría de los discos recientes que radia vienen de África o de los países latinoamericanos. "Es allí donde se puede hallar la inocencia, la pureza que distinguía al rock en otros tiempos. Es asombroso que artistas impresionantes como el senegalés Youssou N'Dour o el argelino Cheb Khaled, no tengan la atención de la industria musical", dice Gillett.Respecto a la salsa, afirma que le "encanta, pero tiene unos arreglos previsibles". "Echo de menos la libertad de los músicos africanos. En eso tengo grandes discusiones con una de mis hijas, que es tan fanática que ahora se halla recorriendo América del Sur", mantiiene Gillett.

A los músicos españoles con ambiciones de entrar en el mercado internacional Gillett les aconseja la infiltración: "Pueden intentar conectar con figuras important es, pensar en colabóraciones como la de Youssou N'Dour con Peter Gabriel. Y además, presentarse en directo aunque no haya perspectivas de conseguir una rentabilidad inmediata. Creo que tienen algunas posibilidades: en el Reino Unido cada vez hay un mayor interés por los sonidos no habituales. Lo demuestra el impacto de Graceland, el disco surafricano de Paul Simon".

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