Cortesía lingüística
Compadezco la indignación del señor Milhou, director del departamento de español de la universidad de Rouen (EL PAÍS, 19-1-87, Anglomanía española) cuando no se usa el idioma apropiado en determinadas circunstancias. En mi caso, como residente inglés en Cataluña, me siento avergonzado cuando, a pesar de repetidas protestas de mi parte, cierta casa aseguradora británica, centralizada en Barcelona, insiste en enviarme, año tras año, toda forma de comunicación -pólizas, recibos, etcétera- redactada en catellano y/o inglés, en vez de hacerlo en catalán, o catalán/inglés, o catalán/castellan...
Regístrate gratis para seguir leyendo
Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
Compadezco la indignación del señor Milhou, director del departamento de español de la universidad de Rouen (EL PAÍS, 19-1-87, Anglomanía española) cuando no se usa el idioma apropiado en determinadas circunstancias. En mi caso, como residente inglés en Cataluña, me siento avergonzado cuando, a pesar de repetidas protestas de mi parte, cierta casa aseguradora británica, centralizada en Barcelona, insiste en enviarme, año tras año, toda forma de comunicación -pólizas, recibos, etcétera- redactada en catellano y/o inglés, en vez de hacerlo en catalán, o catalán/inglés, o catalán/castellano, que es lo que resultaría mas adecuado.-