Cartas al director

Trama burocrática

Como miembros integrantes del equipo de docencia y médicos residentes del hospital de Guipúzcoa, somos objeto en los últimos meses de una asombrosa trama burocrática que queremos hacer pública para evitar, si cabe, que nuestros temores se conviertan en realidad.Desde diciembre del año pasado, diferentes organismos de la Administración pública (Ministerio de Sanidad, Ministerio de Educación, Servicio Vasco de Salud) se han pronunciado sobre el futuro de la actividad docente del hospital en el que trabajamos y estudiamos. El Consejo Nacional de Especialidades Médicas notificaba, el pasado 18 de ...

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Como miembros integrantes del equipo de docencia y médicos residentes del hospital de Guipúzcoa, somos objeto en los últimos meses de una asombrosa trama burocrática que queremos hacer pública para evitar, si cabe, que nuestros temores se conviertan en realidad.Desde diciembre del año pasado, diferentes organismos de la Administración pública (Ministerio de Sanidad, Ministerio de Educación, Servicio Vasco de Salud) se han pronunciado sobre el futuro de la actividad docente del hospital en el que trabajamos y estudiamos. El Consejo Nacional de Especialidades Médicas notificaba, el pasado 18 de marzo, que nuestro hospital debía emprender una serie de acciones para mantener su categoría docente en la convocatoria para plazas de médicos residentes a ocupar en 1987. El 28 de agosto, la Dirección General de Enseñanza Universitaria rectificaba lo anterior y resolvía no incluir este hospital en la convocatoria para plazas de médicos residentes desde 1987, dejando en suspenso tanto el programa de renovación de la docencia como la actividad docente de los médicos residentes que trabajamos actualmente en el hospital.

En conversaciones posteriores, entabladas ante nuestra alarma, los organismos de la Administración pública citados nos han informado que posiblemente nuestro hospital sería calificado para la docencia en especialidades que no han tenido este rango hasta la fecha, y le sería retirada en aquéllas donde existe actualmente, precisamente en las que trabajamos y nos formamos.

Si se confirmara cualquiera de estas dos últimas hipótesis en un inminente y definitivo pronunciamiento administrativo, los organismos citados no nos han garantizado ni siquiera el traslado a otro hospital donde continuar una formación que queda lisa y llanamente truncada.

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Deseamos sinceramente confirmar que instituciones que tienen como misión el servicio público no pueden dañar arbitraria y fulminantemente la situación profesional y personal de médicos residentes, a los que la misma Administración pública examinó y contrató. -

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