ESCÁNDALO EN WASHINGTON

Un nuevo estilo político

Túnez, uno de los países árabes más estables y uno de los pocos en cuya evolución política no ha tenido el Ejército un papel predominante, fue objeto de un pequeño revuelo informativo el pasado verano, cuando se anunció repentinamente la destitución por el presidente Habib Burguiba de su primer ministro, Mohamed Mzali. Apenas dos semanas antes, los observadores habían visto en el 122 Congreso de¡ Partido Socialista Desturiano la confirmación de Mzali como sucesor de Burguiba."Burguiba nunca ha designado a su sucesor personalmente", afirma Hadi Mabruk, ministro de Asuntos Exteriores y uno de lo...

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Túnez, uno de los países árabes más estables y uno de los pocos en cuya evolución política no ha tenido el Ejército un papel predominante, fue objeto de un pequeño revuelo informativo el pasado verano, cuando se anunció repentinamente la destitución por el presidente Habib Burguiba de su primer ministro, Mohamed Mzali. Apenas dos semanas antes, los observadores habían visto en el 122 Congreso de¡ Partido Socialista Desturiano la confirmación de Mzali como sucesor de Burguiba."Burguiba nunca ha designado a su sucesor personalmente", afirma Hadi Mabruk, ministro de Asuntos Exteriores y uno de los hombres de confianza del jefe del Estado. "Es la Constitución", continúa Mabruk, la que prevé la sustitución del presidente por el primer ministro". En cuanto a la destitución de Mzali, el jefe de la diplomacia tunecina afirma que se debió a su mala gestión económica.

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Para Mabruk, la sustitución de Mzali por Rachid Sfar se ha traducido en un "nuevo espíritu político". En su opinión, no se ha tratado de una ruptura porque el objetivo sigue siendo el mismo: el desarrollo de lo que denomina "sistema de democracia progresiva". La oposición boicoteó, sin embargo, las elecciones legislativas del pasado día 2. "Fue un error político que lamentamos", asegura Mabruk, para quien los partidos no estaban bien preparados y pudieron tener miedo a unos resultados demasiado modestos por su escasa implantación en la opinión pública.

[Por otra parte, la agencia France Press informó ayer que Mojtar Mzali, de 36 años, hijo del ex primer ministro tunecino, ha sido condenado a 10 años de trabajos forzados por abuso de confianza, desvío de fondos públicos y mala gestión de la empresa que dirigía, según una fuente judicial de Túnez.]

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