El Gobierno liberalizará mañana el comercio alimentario para frenar la escalada de los precios

El ministro de Economía y Hacienda, Carlos Solchaga, admitió ayer, en un almuerzo con varios centenares de empresarios, la eventualidad de reducir los precios de los carburantes para contener la inflación. Pero "de momento", las medidas que mañana, viernes, tomará el Gobierno se centrarán en liberalizar el comercio exterior de la alimentación. Durante su discurso, próximo a las tesis del Banco de España y de la patronal CEOE sobre los peligros de las alzas salariales y de la pérdida de competitividad, Solchaga subrayó que el rebrote de los precios y su diferencial con la Comunidad Europea (CE)...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

El ministro de Economía y Hacienda, Carlos Solchaga, admitió ayer, en un almuerzo con varios centenares de empresarios, la eventualidad de reducir los precios de los carburantes para contener la inflación. Pero "de momento", las medidas que mañana, viernes, tomará el Gobierno se centrarán en liberalizar el comercio exterior de la alimentación. Durante su discurso, próximo a las tesis del Banco de España y de la patronal CEOE sobre los peligros de las alzas salariales y de la pérdida de competitividad, Solchaga subrayó que el rebrote de los precios y su diferencial con la Comunidad Europea (CE) es el "nudo gordiano que amenaza los logros de la política económica". Las respuestas serán liberalizar y flexibilizar.

Los comentarios recogidos entre los asistentes a la salida del acto, organizado por la Asociación para el Progreso de la Dirección (APD) con el fin de hablar sobre la situación actual y perspectivas económicas, apuntaban que el ministro de Economía y Hacienda, además de reconocer las nuevas dificultades de la inflación y del deterioro comercial, con la CE, se había mostrado más optimista, liberal y en siritonía con los empresanos que, en otros discursos.Invitado por este periódico a concretar si bajarán las gasolinas en las próximas semanas, Solchaga respondió que no añadiría irnás, porque había dicho en el acto lo que quería decir. "El Gobierno", fueron sus palabras, "no descarta ningún tipo de medidas, ni cree que se podrá hablar ole ellas como de choque. De momento, liberalizará el comercio exterior de productos alimenticios. Nunca he excluido la posibilidad de bajar otra vez los precios de los productos petrolíferos, pero de momento las medidas irán dirigidas a la alimentación".

Carlos Solchaga también había dicho que, para 1987 descarta "modificaciones sustantivas" de los precios de los carburantes, en los que deberá ser reducida la separación entre productos y situarlos en niveles de igualdad con la CE, lo que prirriará a los fuelóleos industriales sobre las gasolinas.

Antes de pasar mañana al Consejo de ministros, este paquete será estudiado hoy por el equipo económico del Gobierno, en una reunión que presidirá Solchaga, quien anunció también que "no irá en la línea peligrosa de intervenir precios para que no suban, sino de liberalizar mercados".

Otras fuentes informaron ayer que ya hay preparadas exactamente 14 disposiciones para aurnentar el abastecimiento de los productos alimenticios que más hansubido o que deberían haber sido moderados por la entrada en la CE. La supresión de obstáculos a la:importación o la salida de existencias almacenadas afectará, entre otros, a los productos; ovinos, varios tipos de leches, varios cereales para la alimentación humana o de la ganadería (avena, trigo y maíz) y frutas y hortalizas. En este caso y en el de los pescados, será forrientada la entrada de congelados, porque los precios comunitarios para los frescos están más altos, por lo que parte de la escasa cosecha hortofrutícola ha sido exportada. De la liberalización de los fletes, sobre la que tampoco habló Solchaga, un alto cargo de Economía declaró que su complejidad sólo la hará posible a largo plazo.

En el almuerzo, Solchaga se mostró preocupado por los precios y el deterioro comercial con la CE, del cual precisó que "aún es temprano para asustarse dernasiado". Sin referirse a la suerte del objetivo del 8%. de inflación para 1986, reiteró el 5% para 1987 y el 3% para 1988. Al calificar el comercio como "el aspecto más oscuro", insistió en que "ha llegado el momento de decir que la competitividad y la productividad son el problema básico".

Las alternativas

Como respuestas, negó varias veces la conveniencia de depreciar o devaluar la peseta, anunció la salida del viejo plan de fomento de las exportaciones, confió en que habrá concertación social, resaltó la necesidad de contener las alzas salariales (que patronal y sindicatos pacten los convenios para 1987 en torno al 5%), se mostró partidario de moderar la presión fiscal y de bajar las cotizaciones empresariales aún a costa de que suba "algún impuesto indirecto", y reiteró la voluntad de flexibilizar los mercados de trabajo y de capitales.

"Al Gobierno no le va a temblar la mano en llevar el proceso de flexibilización para adelante", afirmó, para añadir que "todavía" no ha estudiado "las 27 o las 50" medidas filtradas a la Prensa. Sobre los capitales, confirmó que en breve saldrá la reforma del mercado de valores, la liberalización total de los tipos de interés de la banca y el paulatino desarme de coeficientes para que puedan bajar los tipos de interés "cuando hayan remitido las expectativas inflacionistas", la libertad para invertir en el extranjero o en divisas y el mejor trato fiscal para los fondos de pensiones.

Economía prevé reducir el paro en un millón de personas en 10 años

Sentado, en la presidencia del acto junto a presidentes de grandes bancos y a varios dirigentes empresariales y altos cargos de su departamento, Carlos Solchaga compensó sus negativas valoraciones de los precios y del comercio exterior con un, pariorarna más optimista que el previsto hasta ahora para la inversión y el empleo. Llegó a decir que en los próximos 10 años, como el empleo sumergido puede aflorar a un ritmo de 100.000 personas anuales, el paro puede reducirse en un millón de personas, de lo cual se desprende que acaricia el objetivo de elevar la ocupación oficial en dos millones de personas, para compensar también el incremente, de la población activa.El ministro de Econornía y Hacienda afirmó que la inversión crecerá este año un 87 en términos reales, contra el 5% del pasado año y el 7%, previsto hasta ahora. También, elevó las previsiones oficiales dle aumento de la ocupación desde el 1,5% de principios de año o el 1,7% de después de verano a más del 2% (por encima de las 200.000 personas), insistiendo en que el empleo asalariado crecerá este año un 4% o más (por encima de las 300.000 personas), pese a las fuertes reducciones de ocupación en la agricultura.

Según Solchaga, la fortaleza de la inversión -deducida de un aumento del 6% en la producción de maquinaria hasta mayo, una expansión del 14% en las importaciones de bienes de equipo y la seguridad de que la, construcción crecerá un 5%,-, unido al incremento real del 3,3% en el consumo privado, elevarán la demanda interior un 4%. Como espera que el sector exterior detraerá un punto, afirmó "con absoluta lealtad" que no espera menos de un crecimiento económico total del 3% para este año y del 3,5% para el próximo, objetivos sobre los que numerosos analistas privados han dudado tras el verano, a la vista del deterioro del comercio exterior.

Archivado En