Medio siglo de expolio

El 23 de septiembre de 1939, recién terminada la Guerra Civil, aparecía una ley incautando los bienes de las organizaciones obreras. Otro 23 de septiembre, exactamente 48 años después, por curiosa coincidencia -¿o no?- recibía UGT -fuentes de la CNT aseguraban ayer no haber recibido carta alguna- la notificación de que el Gobierno ponía en práctica la devolución del patrimonio entonces expoliado. Casi medio siglo en que los sindicatos se han visto obligados a subsistir.La muerte del general Franco y la desaparición de la vieja organización sindical que durante 40 años agrupó por decreto en su ...

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El 23 de septiembre de 1939, recién terminada la Guerra Civil, aparecía una ley incautando los bienes de las organizaciones obreras. Otro 23 de septiembre, exactamente 48 años después, por curiosa coincidencia -¿o no?- recibía UGT -fuentes de la CNT aseguraban ayer no haber recibido carta alguna- la notificación de que el Gobierno ponía en práctica la devolución del patrimonio entonces expoliado. Casi medio siglo en que los sindicatos se han visto obligados a subsistir.La muerte del general Franco y la desaparición de la vieja organización sindical que durante 40 años agrupó por decreto en su seno a los trabajadores y empresarios, no representó, sin embargo, el fin de los problemas de los sindicatos de clase. Con las antiguas organizaciones obreras -UGT, CNT, ELA-STV-, herederas del sindicalismo de clase, aparecieron otras centrales que durante la dictadura hablan mantenido las reivindicaciones laborales: CC OO, USO, SU, CSUT... Algunas ya desaparecidas, en parte por la penuria en la que la falta de medios y apoyos les obligaron a desenvolverse en la transición democrática.

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Las cesiones efectuadas por el Gobierno de UCD, aunque aliviaron algunos de sus problemas, no bastaron para terminar una situación que se ha prolongado innecesariamente a lo largo de todo el proceso de restauración democrática. Tampoco el primer Gobierno socialista fue capaz de solucionarlo en su momento.

Ha sido necesario medio siglo para empezar un proceso que aún presenta innegables lagunas. La más evidente, cómo a CNT -la organización obrera más poderosa de la España republicana- le corresponden en esta primera restitución sólo 248 millones de pesetas, de unos bienes que se presumen cuantiosos.

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