Crítica:'BALLET'

Blanco y negro

¿Estará todo escrito sobre Lago? Parece que no. Todos los historiadores del ballet consiguen dejar en tinieblas la agitada y verdadera historia de este clásico.Fiodor Lopujov trabajó sobre el Lago a lo largo de 20 años, en Leningrado entre 1920 y 1942. En Moscú, Alexander Gorski, un poco antes, había hecho lo mismo agregando, entre otros postizos, el del bufón. Lopujov reordenó el pas de trois del primer acto y fue tan lejos como pudo en el segundo y tercero. Eran mentalidades distintas. Lopujov recreó estilo y Gorski introdujo brío mecánico. La versió...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

¿Estará todo escrito sobre Lago? Parece que no. Todos los historiadores del ballet consiguen dejar en tinieblas la agitada y verdadera historia de este clásico.Fiodor Lopujov trabajó sobre el Lago a lo largo de 20 años, en Leningrado entre 1920 y 1942. En Moscú, Alexander Gorski, un poco antes, había hecho lo mismo agregando, entre otros postizos, el del bufón. Lopujov reordenó el pas de trois del primer acto y fue tan lejos como pudo en el segundo y tercero. Eran mentalidades distintas. Lopujov recreó estilo y Gorski introdujo brío mecánico. La versión de Valeri Kovtum para el Ballet de Kiev es ortodoxa y refinada hasta donde permite la estructura original.

El segundo acto de Smorgachova fue bueno y aunque esta bailarina está dotada para el forte, supo manejar cuello y hombros acentuando cierto aire trágico en el centro de un estilo sin eclecticismos ni añadidos vulgares.El Cisne Negro es un papel complejo que frecuentemente es atacado por sus intérpretes buscando la espectacularidad. Smorgachova y Yaremenko encararon el drama con credibilidad.

Ballet del Gran Teatro de la ópera de Kiev

El lago de los cisnes. Petipa-Ivanov-Lopujov / Chaikovski; Odette-Odille: Ludmila Smorgachova; Sigfrido: Valeri Yaremenko. Teatro Monumental. Madrid, 12 de septiembre, 22.30 horas.

Los bailes de conjunto y danzas de carácter son siempre una buena oportunidad para los bailarines de escuela soviética para demostrar sus capacidades de coordinación a la hora de incorporar una mazurca o una czarda. En el cuarto acto la asociación de cisnes blancos y negros motiva cierta complejidad coreográfica, algo que también está presente en ese larguísimo adagio de desenlace.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Archivado En