Miguel Boyer presenta un programa de liberalización como única alternativa al "suicidio" de la política económica

Miguel Boyer, ministro de Economía y Hacienda en el primer Gobierno socialista y presidente del Banco Exterior de España desde hace un año, rompió ayer su silencio político al presentar en Santander un programa, de liberalización, como única alternativa a lo que calificó de "suicidio" de la política económica. Situadas entre el liberal mismo radical y el socialismo liberal, las medidas propuestas van desde reprivatizar todo lo posible y acentuar la reconversión industrial hasta modificar el impuesto sobre la renta e introducir criterios de mercado, incluiso en la enseñanza universitaria.
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Miguel Boyer, ministro de Economía y Hacienda en el primer Gobierno socialista y presidente del Banco Exterior de España desde hace un año, rompió ayer su silencio político al presentar en Santander un programa, de liberalización, como única alternativa a lo que calificó de "suicidio" de la política económica. Situadas entre el liberal mismo radical y el socialismo liberal, las medidas propuestas van desde reprivatizar todo lo posible y acentuar la reconversión industrial hasta modificar el impuesto sobre la renta e introducir criterios de mercado, incluiso en la enseñanza universitaria.

La intervención de Miguel Boyer tuvo como marco el curso sobre Opciones de política económica desarrollado esta serríana en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, de: Santander. Era esperada con expectación por varios centenares de estudiantes, economi1stas y funcionarios de la Administración, debido al silencio del ex ministro durante el último año y a la destacada. presencia de hombres próximos al vicepresidente del Gobierno, Alfonso Guerra, entre los nuevos ministros y altos cargos nombrados tras las elecciones.Con aspecto relajado y tono de apoyo al Gabinete de Felipe González, que hasta ahora apenas ha concretado la anunciada "continuidad en la política económica", el ex ministro, tras enumerar sus, propuestas afirmó: "Espero del actual Gobierno socialista y de los próximos una acción política similar a la que he descrito. Otra cosa sería el suicidio. No veo que: sea favorable a los trabajadores desenvolverse en medio de empresas en crisis".

Al hilo de lo dicho en el curso por expertos nacionales y extranjeros, Boyer basó su exposición en que las actuales políticas econórnicas no presentan discrepancias en los objetivos ni en los métodos, sino en el ritmo y en sus costes. Lo atribuyó a que la interrelación de las economías impone la convergencia de actuaciones y que la evolución de las ideas está condicionada por las nuevas situaciones. Al igual que la derecha ha aceptado en el último siglo la libertad de Prensa y la sindical, Boyer opina que en la izquierda primará el carácter libertario y la racionalidad sobre una idea estatalizadora que "no ha conducido al progreso social ni a la libertad".

En esta línea de reivindicar la eficacia económica para lograr la social, advirtió que sus ideas sólo pueden chocar a quienes no han descubierto "la fuerza creadora de los mecanismos. de mercado", expresión de Pierre Mendés-France, presidente: del Gobierno francés en. 1954-1955 y santón del moderno socialismo galo tras abandonar el Partido Radical.

Para consolidar los logros del ajuste macroeconómico de los últimos años, según Boyer, hay que mantener una doble actuación en lo microeconómico: elimiriar las graves distorsiones al funcionarniento de mercado, que generan paro e inflación, y suprimir los privileg4os y desigualdades del sistema fiscal, el educativo y la Seguridad Social.

Boyer resaltó que los problemas originados este año por el excedente de la balanza de pagos -la exportación de ahorro al exterior por una economía floja en inversión y empleo, así como la tendencia a una apreciación de la peseta que pone en grave riesgo a la industria- pueden resolverse con tres remedios: potenciar las importaciones, liberalizar los movimientos de capitales -especialmente las inversiones al exterior- y convertir deuda exterior por interior.

Reformas estructurales

Con el aval implícito de que la política por él promovida en 1982 ha empezado a generar empleo, Boyer centró su programa de "reformas estructurales" en poner en situación competitiva las empresas públicas, reprivatizar las que se pueda y eliminar al mínimo el problema (de sectores como el siderúrgico o la construcción naval, dar un nuevo impulso al proceso de reconversión industrial, acelerar la flexibilización del mercado de trabajo y la reestructuración de empresas en crisis, liberalizar completamente el sistema financiero y convertir los coeficientes de inversión obligatoria que resten en deuda pública, acelerar el calendario de integración en la Comunidad Europea, perfeccionar el sistema fiscal, atajar el fraude en el impuesto sobre la renta con una simplificación de tarifa más baja y la eliminación de deducciones y exenciones, corregir el esquema de financiación de las autonomías, y suprimir la rigidez en el sistema educativo mediante la presión competitiva de la enseñanza privada para evitar el mantenimiento de altas subvenciones públicas a quienes tienen, recursos para estudiar.

Miguel Boyer estuvo acompañado durante su intervención en. el curso y en una posterior conferencia de prensa por el secretario de Estado de Economía, Miguel Ángel Fernández Ordoñez. Éste-reiteró que el Gobierno debe seguir haciendo lo que ha hecho hasta ahora, y mantener el rigor en lo que no ha hecho, pues el empleo no agrario ha crecido en unas 400.000 personas durante el último año gracias a las medidas de flexibilidad y a la mayor actividad económica. Agregó que se imantiene la línea iniciada en 1982 y seguida luego por los socialistas en Italia, Francia, Nueva Zelanda, y Australia. A su juicio el carácter progresivo de izquierdas de una política ha de medirse por los resultados. "Los españoles van a vivir mejor en los próximos años", aseveró el secretario de Estado, quien también se mostró partidario personalmente de modificar el impuesto sobre la renta con la simplificación de tipos, siempre que no se reduzca la recaudación ni la progresividad del tributo.

Más poder para Alfonso Guerra

G.M. Entre los numerosos funcionarios y responsables de la Administración que han pasado estas semanas por Santander se considera que la principal clave del tercer Gobierno de Felipe González, más que los nombramientos, ha consistido en el hecho de que el vicepresidente del Gobierno, Alfonso Guerra, se haya hecho cargo de la responsabilidad de presidir la Comisión de Subsecretarios.

Los conocedores del aparato administrativo consultados aseguran que esta comisión actúa como principal Filtro para el 80% o 90% de las disposiciones aprobadas posteriormente or el Consejo de Ministros. Éste carece generalmente de tiempo material para anaaar con detenimiento las órdenes ministeriales, decretos y proyectos de ley. En asuntos económicos, tales normas están plagadas de detalles menores que, a medio o largo plazo, pueden revestir gran trascendencia.

Hasta ahora, la Comisión de Subsecretarios, en cuyas sesiones semanales es preparado el orden del día de los Consejos de Ministros, estaba presidida por el ministro titular de la Presidencia. Pero el escaso relieve político que tenía el mismo dentro del Gobierno favorecía, según las fuentes consultadas, la posterior modificación de las disposiciones en el consejo.

En cambio, para el futuro se pretende que sólo pasen al estudio detenido del pleno del Gobierno las decisiones de gran contenido político, dejando el resto en manos de la Corrúsión de Subsecretarios o de la Comisión Delegada del Gobierno para Asuntos Económicos.

Con Alfonso Guerra en la presidencia de la Comisión de Subsecretarios, las citadas fuentes de la Administración opinan que el vicepresidente podrá incluso devolver a los respectivos ministerios o a la Comisión Delegada del Gobierno para Asuntos Económicos las disposiciones que desee.

Preguntado al respecto, el secretario de Estado de Economía, Miguel Ángel Fernández Ordoñez, calificó ayer como necesario y oportuno el ejercicio de la presidencia de la Comisión de Subsecretarios por el vicepresidente del Gobierno, para facilitar la tarea del Consejo de Ministros. Pero otras, fuentes opinan que la medida. tendrá gran repercusión y alterará el peso político existente en el Gobierno, pese a que hastat ahora el único nombramiento de altos cargos realizado en el Ministerio de Economía ha sido el relevo en la Dirección General del Tesoro y Política Financiera, de José María García Alonso, hombre de trayectoria independiente que pasa a la subsecretaría del departamento, y que ha sido sucedido en sil puesto anterior por Pedro Martínez Méndez.

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