EL PRESIDENTE DEL GOBIERNO, EN LA URSS

Unas relaciones mejorables

El máximo dirigente soviético, Mijail Gorbachov, de 55 años, opina que las relaciones entre España y la URSS son "buenas", pero que "se pueden seguir mejorando". Así contestó ayer a una pregunta de esta corresponsal, poco antes de iniciar su entrevista con el jefe del Gobierno español, Felipe González, en el edificio del Consejo de Ministros, situado en el recinto del Kremlin, en Moscú.

Hablar con el jefe del Gobierno español es una manera de contribuir a la mejora de las relaciones internacionales, según la respuesta de Gorbachov a otra pregunta de este periódico. Gorbachov daba la...

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El máximo dirigente soviético, Mijail Gorbachov, de 55 años, opina que las relaciones entre España y la URSS son "buenas", pero que "se pueden seguir mejorando". Así contestó ayer a una pregunta de esta corresponsal, poco antes de iniciar su entrevista con el jefe del Gobierno español, Felipe González, en el edificio del Consejo de Ministros, situado en el recinto del Kremlin, en Moscú.

Hablar con el jefe del Gobierno español es una manera de contribuir a la mejora de las relaciones internacionales, según la respuesta de Gorbachov a otra pregunta de este periódico. Gorbachov daba la impresión de haber adelgazado ayer cuando apareció ante la Prensa española, a las 10 de la mañana, para entrevistarse con González. Era el mismo aspecto con el que pocos días antes se había dirigido a los soviéticos por televisión para explicarles la versión oficial del accidente en la central nuclear de Chernobil, la mayor catástrofe ocurrida en la historia del uso civil de la energía atómica.

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Con gesto resuelto, Gorbachov echó sobre la mesa de conversaciones una carpeta y el estuche de las gafas y se quedó de. pie, charlando con Anatoli Chernaev, su ayudante personal, que el pasado febrero sustituyó al veterano Andrei Alexandrov-Argentov, quien había asesorado a los últimos cuatro líderes del Kremlin durante 20 años de servicios.

Chernaev ronda la cincuentena y procede del departamento de Relaciones Internacionales, donde era uno de los vicepresidentes por debajo de Vadim Zagladin.

De acuerdo con un portavoz del protocolo, Gorbachov tiene su despacho de trabajo en el edificio del comité central de la plaza Nogina, fuera del Kremlin, y es allí donde acude todos los días. El despacho del Kremlin es un legado de la época de Breznev. Éste era, además de secretario general, presidente del Presidium del Soviet Supremo de la URSS. Gorbachov es sólo secretario general del partido comunista (PCUS).

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Entre Marx y Lenin

Un retrato de Marx y otro de Lenin cuelgan en la sala de conversaciones, donde el mobiliario es parco. Gorbachov y Chernaev se sentaron a un lado de la mesa alargada y, frente a ellos, tomaron posiciones Felipe González y Juan Antonio Yáñez. "He leído su intervención de anoche", dijo Gorbachov a Felipe para empezar un encuentro que habría de durar cuatro horas y media y finalizar con un encontronazo en los pasillos y un comentario sobre la conveniencia de comer poco para guardar la línea.

El tratamiento personal fue complementado con un tratamiento de prensa que responde a las prioridades de la política exterior soviética. En la portada de Pravda, el órgano central del PCUS, las noticias más destacadas del día eran el encuentro de Gorbachov con Álvaro Cunhal, el secretario general del Partido Comunista de Portugal, y la entrevista de Andrei Gromiko con el presidente de la asociación cristiana de trabajadores italianos, Domenico Rossati. Ambas noticias aparecían en un lugar más destacado que la información a seis columnas con foto que recogía la entrevista de González y el primer ministro soviético, Nikolai Rishkov.

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