Máximo, Romeu y Peridis se consideran "los tres últimos dinosaurios"

Los dibujantes Peridis, Máximo y Romeu, que participaron ayer en un coloquio sobre humor que se emitió por Radio El País desde el Palacio de Cristal del parque del Retiro, en Madrid, con motivo de la exposición EL PAÍS, como es, se definieron como "los tres últimos dinosaurios".

Una mirada hacia los últimos diez años hizo afirmar a Peridis que, si bien estos últimos habían sido los más apasionantes que había vivido como humorista y como ciudadano, cuando todavía vivía Franco se lograba mayor complicidad con el público lector. "Creo que el papel de los humoristas en las décad...

Los dibujantes Peridis, Máximo y Romeu, que participaron ayer en un coloquio sobre humor que se emitió por Radio El País desde el Palacio de Cristal del parque del Retiro, en Madrid, con motivo de la exposición EL PAÍS, como es, se definieron como "los tres últimos dinosaurios".

Una mirada hacia los últimos diez años hizo afirmar a Peridis que, si bien estos últimos habían sido los más apasionantes que había vivido como humorista y como ciudadano, cuando todavía vivía Franco se lograba mayor complicidad con el público lector. "Creo que el papel de los humoristas en las décadas de los 60 y 70 fue muy importante porque ellos forjaron la permisividad que luego hubo". Romeu no estaba de acuerdo con Peridis. "Antes era más divertido hacer humor, pero no creo que el papel que hayan jugado haya sido tan importante". Máximo, más radical aún, afirmó: "Esto de ser humorista es una insensatez. Lo que sucede es que algunos lo hacíamos, pero, si me hubiesen dicho que con ello contribuía a la educación de los españoles, me habría negado".

Los tres dibujantes estuvieron de acuerdo en que no hay una nueva generación de humoristas gráficos, principalmente porque los jóvenes dibujantes se dedican más al comic. Ellos son "los tres últimos dinosaurios". Romeu reflexionó para decir qué es difícil entrar en los periódicos y que los jóvenes parecen poco dispuestos a sacrificarse. Máximo se declaró a favor de la antropofagia generacional y en contra de la adulación ascendente y descendente, "No debes esperar a que Monserrat Caballé tenga una afonía para esperar reemplazarla. Debes cepillártela directamente", ejemplificó.