Moscú asegura que desciende la radiactividad en la central de Chernobil y sus alrededores

El Primero de Mayo, fiesta internacional del trabajo, se celebró ayer en la URSS sin muestras de preoculpación pública por el accidente de la central nuclear de Chernobil, sobre cuyas consecuencias las autoridades soviéticas seguían suministrando lentamente detalles fragmentarios. Dieciocho personas se encuentran graves y la radiactividad en la central y sus inmediaciones ha descendido con relación a los días anteriores, según un comunicado del Gobierno. Esta información oricial se añade a los tres comunicados anteriores, según los cuales ha habido dos muertos y 197 heridos en el accidente....

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El Primero de Mayo, fiesta internacional del trabajo, se celebró ayer en la URSS sin muestras de preoculpación pública por el accidente de la central nuclear de Chernobil, sobre cuyas consecuencias las autoridades soviéticas seguían suministrando lentamente detalles fragmentarios. Dieciocho personas se encuentran graves y la radiactividad en la central y sus inmediaciones ha descendido con relación a los días anteriores, según un comunicado del Gobierno. Esta información oricial se añade a los tres comunicados anteriores, según los cuales ha habido dos muertos y 197 heridos en el accidente.

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El comunicado emitido ayer afirmaba que los esfuerzos para poner en práctica "medidas técnicas complejas" habían continuado a lo largo del 30 de abril y que prosiguen los trabajos para descontaminar las zonas próximas a la central. El texto afirmaba también que se administraba asistencia médica a los afectados y que entre ellos no había extranjeros.Ciudadanos soviéticos que llevaban flores y globos desfilaban en la plaza Roja de Moscú en un ambiente festivo ante los miembros del Politburó, alineados sobre la tribuna del mausoleo de Lenin y encabezados por Mijail Gorbachov. El diario Pravda hablaba de "especiaI animación y ambiente de alegría existente hoy en ciudades y pueblos". En Kiev, el miembro del Politburó y primer secretario de la República, VIadimir Shcherbitski, presidía la manifestación del Primero de Mayo, y en Minsk lo hacía el primer secretario de la República de Bielorrusia y miembro candidato al Politburó, Nikolai Sliunjov, según informaba la agencia Tass.

Reconocimiento médico

La tranquilidad no era compartida por la comunidad internacional residente en la URSS, que se encontraba sometida a informaciones contradíctorias de lo sucedido en Chernobil. Las autoridades soviéticas obligaban desde ayer por la mañana a todos los pasajeros ex tranjeros que abandonaban el país a someterse a un reconocimiento médico, según comunicó un representante soviético a la Embajada austríaca. Quienes se negaban a someterse al examen, realizado con un contador Geiger, debían firmar tina declaración según la cual renunciaban a pedir responsabílidades al Gobierno soviético por lo que pudiera sucederles. La Embajada de Austria había encargado pastillas de yodo para los austriacos residentes en la URSS y la Embajada de Japón recomendaba no tomar leche. La sueca había convocado una reunión informativa para el sábado.

Mientras tanto, los 85 estudiantes británicos residentes en Kiev llegaban ayer a Moscú camino del Reino Unido tras haber sido sometidos por las autoridades sanitarias en Kiev a exámenes médicos consistentes en análisis de sangre y orina, así corno examen de los pulmones y una prueba a base del contador Geiger. Los certificados, escritos a mano, establecían que los estudiantes gozaban de buena salud.

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Estudiantes españoles

La Embajada española, a su vez, había podido ponerse en contacto, al fin, con dos estudiantes, Ana Giménez, en Kiev, y Alejandro Santrich, en Minsk. Ana Giménez, cuyo padre había pedido ayuda al Ministerio de Asuntos Exteriores en España, dijo encontrarse bien y haber aprovechado el bello día del miércoles para salir a pasear. Alejandro Santrich, que estaba tranquilo, dijo no saber muy bien lo que pasaba. Un represen tante de la Embajada aconsejó a ambos estudiantes establecer contacto con los demás españoles y decidir si querían quedarse en Kiev y Minsk o marcharse de allí. [Seis de los 11 estudiantes españoles que residen en Kiev, expresaron ayer a funcionarios de la embajada española su deseo de abandonar la ciudad, según Europa Press. De ellos, dos (Ana Giménez y Juan Arday), quieren regresar a España. Los otros cuatro (Francisco García García, Antonio Olmos, Francisco Alarcón Oliaga Y Juan Carlos Hernández) desean afincarse en alguna otra ciudad soviética].

Los corresponsales de televisión vieron suspendida desde el 30 de abril y hasta el próximo lunes, día 5 de mayo, su conexión de imagen con el exterior, que se efectúa vía Praga. Las conexiones de imagen (denominadas unilaterales) eran muy frecuentes con ocasión de la fiesta del Primero de Mayo, en ocasiones anteriores.

Los embajadores del Reino Unido, Finlandia, Holanda y los representantes diplomáticos de Francia y Austria fueron convocados al Ministerio de Asuntos Exteriores entre la medianoche del 30 de abril y la una de la madrugada del 1 de mayo. Allí, el primer viceministro Anatoli Kovalev les informó que la situación estaba controlada en Chernobil y les recomendó no preocuparse.

La entrevista nocturna, realizada en un ministerio vacío y oscuro, se realizó tras un día de infructuosos intentos para comunicarse con las autoridades soviéticas.

Al embajador de Holanda, que actuaba corno representante de la Comunidad Europea, se le dijo en el Comité Estatal de Energía Atómica de la Unión Soviética que el organismo estaba cerrado hasta el lunes.

Más tarde, cuando los embajadores fueron recibidos en el ministerio, estaba allí presente Andranik Petrosianz, el presidente del mencionado comité.

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