España llama a consultas a su embajador en Trípoli

El Gobierno español decidió ayer llamar a consultas a su embajador en Trípoli, Ricardo Peidró Conde, en respuesta a las declaraciones hechas el miércoles por Muammar el Gaddafi. El líder libio afirmó que si su país fuera atacado por la VI Flota norteamericana, la guerra se extendería a España e Italia. Fuentes diplomáticas libias en Madrid afirmaron ayer que la llamada a consultas era meramente rutinaria y añadieron que Gaddafi no había amenazado a España, sino, en todo caso, a "las bases norteamericanas en España".

El embajador Peidró, de 41 años, que había sido nombrado para este ...

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El Gobierno español decidió ayer llamar a consultas a su embajador en Trípoli, Ricardo Peidró Conde, en respuesta a las declaraciones hechas el miércoles por Muammar el Gaddafi. El líder libio afirmó que si su país fuera atacado por la VI Flota norteamericana, la guerra se extendería a España e Italia. Fuentes diplomáticas libias en Madrid afirmaron ayer que la llamada a consultas era meramente rutinaria y añadieron que Gaddafi no había amenazado a España, sino, en todo caso, a "las bases norteamericanas en España".

El embajador Peidró, de 41 años, que había sido nombrado para este cargo en febrero de este año, se encontraba ayer tarde en Madrid. Fuentes de la Oficina de Información Diplomática (OID) del Ministerio español de Asuntos Exteriores no pudieron precisar ayer cuándo había llegado a España.Miembros de la colonia española en Trípoli afirmaron ayer tarde que el embajador se había ausentado de Libia hace dos días es decir, un día antes de que se produjeran las declaraciones de Gaddafi. De ser exacta esta versión, la llamada a consultas -fórmula diplomática de protesta- se habría producido cuando Peidró se encontraba ya en Madrid.

"Declaraciones retóricas"

España nunca había tomado una medida similar con Libia. La última vez que decidió llamar a consultas a un embajador fue el pasado 18 de febrero, cuando convocó al representante de España en Manila, Pedro Ortiz Armengol, para hacer expresa la protesta española por el fraude electoral en ese país.Ayer por la mañana, en el Congreso de los Diputados, el vicepresidente del Gobierno, Alfonso Guerra, restó importancia a las declaraciones de Gaddafi, afirmando que éstas no constituían amenazas, sino que eran "meras declaraciones retóricas".

Un portavoz de la Embajada libia en Madrid, que se identificó sólo con el nombre de Alí, afirmó ayer tarde que la llamada a consulta era simplemente "rutinaria" y nada tenía que ver con las declaraciones de Gaddafi. "Las declaraciones de Gaddafi no se pueden entender como una amenaza a España", afirmó Alí, quien recalcó que "Libia es un gran amigo del pueblo español" y que, en todo caso, se habrían producido amenazas "contra las bases norteamericanas en España".

Preguntado si Libia tenía en cuenta que estas bases son de utilización conjunta y que en ellas hay militares españoles y en sus cercanías viven civiles españoles, Alí agregó que si alguien es atacado en su propia casa y el agresor se cobija en casa de un vecino es lógico que el atacado llame a la puerta del vecino para encontrar al agresor. El portavoz concluyó afirmando que "nunca se debe entender que Libia amenaza a las autoridades ni al pueblo español" y que éste tiene "en gran estima al pueblo libio".

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Las declaraciones hechas en la ciudad de Trípoli por Gaddafi el miércoles por la tarde fueron recogidas por un enviado especial de EL PAIS y reproducidas posteriormente por la agencia oficial libia, JANA, en estos términos: "Cualquier Estado, siendo árabe o europeo, que ayude a Estados Unidos y su VI Flota, estará implicado en la guerra. Italia, España, las islas del Mediterráneo o los puertos árabes en los cuales puede apoyarse la VI Flota serán parte de esta guerra".

El pasado 28 de marzo, Gaddafi hizo unas declaraciones similares. Ausente entonces de Madrid el ministro español de Asuntos Exteriores, Francisco Fernández Ordóñez, el subsecretario de este departamento, Fernando Perpiñá Robert, llamó al palacio de Santa Cruz al encargado de negocios de Libia en Madrid, Ahmed Mohammed Nakaa, para pedirle explicaciones. En aquella ocasión, Nakaa afirmó que las declaraciones de Gaddafi habían sido sacadas de contexto, según informó el pasado miércoles Fernández Ordóñez al Pleno del Congreso de los Diputados, respondiendo a una pregunta del Grupo Popular.

Fuentes diplomáticas españolas afirmaron ayer que el Ministerio de Exteriores español tenía intención de llamar de nuevo a Nakaa, después de las nuevas declaraciones de Gaddafi, pero que no pudo hacerlo al encontrarse éste en Trípoli. El Gobierno líbio no está representado por embajadores, sino por encargados de negocios, después de que decidiera convertir sus embajadas en el extranjero en oficinas populares.

Estatuto diplomático

En la actualidad, Libia tiene acreditados en Madrid a cinco funcionarios con estatuto diplomático, mientras España mantiene a cuatro en Trípoli. El número de diplomáticos libios en Madrid ha ido disminuyendo, ya que hasta hace dos años ascendía a nueve.El pasado diciembre, el Gobierno decidió expulsar a tres funcionarios libios acreditados en Madrid después de que los servicios de información afirmaran haber descubierto que los funcionarios planeaban atentar contra Mohammed Yusef el Maghariaf, líder de la oposición de su país en el exilio, que tenía previsto visitar España.

En la última reunión del Comité Político de la Comunidad Europea (CE), que finalizó ayer en La Haya, fue defendida -y rechazada- la propuesta de retirar en bloque a todos los embajadores comunitarios en Trípoli. España era, precisamente, uno de los países que se opuso con más insistencia a esta iniciativa, motivada por la supuesta ayuda del Gobierno de Trípoli al terrorismo en Europa.

Por otra parte, el denominado Grupo Antiterrorista, creado el pasado mes por los países de la Comunidad, se reunirá el lunes en Bruselas. Asimismo, en la reunión de ministros de Exteriores de la CE prevista para el 21 de abril será abordada la cuestión libia.

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