Los Polémicos SS -20 y la SDI

En las sugerencias cruzadas entre Estados Unidos y la Unión Soviética para acabar con los cohetes de alcance medio en Europa, el punto de fricción sigue siendo los rnisiles SS-20 situados en la parte asiática de la URSS.Reagan quiere incluirlos en el acuerdo europeo al considerar que son fácilmente trasladables de una zona a otra. La Unión Soviética considera que sus 170 SS-20 asiáticos (según datos occidentales) son fácilmente trasladables de una zona a otra.

La URSS estima que sus SS-20 asiáticos (170 del total de 441 misiles SS-20 dotados con tres cabezas nucleares cada uno, según lo...

En las sugerencias cruzadas entre Estados Unidos y la Unión Soviética para acabar con los cohetes de alcance medio en Europa, el punto de fricción sigue siendo los rnisiles SS-20 situados en la parte asiática de la URSS.Reagan quiere incluirlos en el acuerdo europeo al considerar que son fácilmente trasladables de una zona a otra. La Unión Soviética considera que sus 170 SS-20 asiáticos (según datos occidentales) son fácilmente trasladables de una zona a otra.

La URSS estima que sus SS-20 asiáticos (170 del total de 441 misiles SS-20 dotados con tres cabezas nucleares cada uno, según los datos occidentales) no amenazan a los europeos.

"Siempre me he sorprendido cuando me dicen que nuestros cohetes pueden trasladarse de un sitio a otro en dos horas", afirma Vadim Zagladin. "Cuando el año pasado Mijail Gorbachov anunció la reducción de cohetes en la parte europea de la URSS, dijo que necesitábamos dos meses para desmontar los cohetes, y no menos corto es el plazo para volverlos a armar".

Por eso, añade Zagladin, "estas historias de que los cohetes se pueden mover de un sitio a otro en dos horas son tonterías, tonterías. Si la disposición de combate se mantiene, entonces se pueden mover de un sitio a otro..., pero no en dos horas. Ahora bien, si están fuera de disposición de combate, hay que montarlos primero, y todo eso puede ser controlado".

Explicar cuál será la respuesta soviética a la Iniciativa de Defensa Estratégica (SDI) de Estados Unidos equivale para Zagladin a "practicar la adivinación en los posos del café", ya que "de hecho nadie sabe exactamente cómo será la respuesta".

Zagladin insiste en que la Unión Soviética no planea una respuesta, pero "si hay que darla" puede ser de "muchas y variadas formas y más barata que la SDI arnericana". "Al menos" señala, "no más cara".

En cuanto a la eventual participación de los aliados de la Unión Soviética en la respuesta soviética al SDI, Zagladin se limita a afirmar: "Claro que les protegerernos".

Entre las variantes de respuestas citadas por Zagladin están el fortalecimiento del sistema estratégico (cohetes capaces de alcanzar el territorio norteamericano) o la desestabilización del sistema norteamericano.