Crítica:

La unidad de estilo en el dúo Correa-Ruiz Casaux

La música de cámara vuelve a cultivarse en Madrid con cierta asiduidad y hasta parece que se apunta el deseo de reinstalarla en el lugar protagonista que ocupó a lo largo de muchísimos años. Son diversos los grupos nacionales -dúos, tríos, cuartetos, quintetos- que trabajan el repertorio clásico así como el de nuestro siglo.Entre ellos, posee méritos y matices muy peculiares el dúo formado por el violonchelista Enrique Correa y la pianista Mary Ruiz Casaux: Enrique Correa es uno de nuestros grandes violonchelistas, discípulo que fuera de Casaux y Cassadó, y la hija de Juan Antonio Ruiz Casaux,...

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La música de cámara vuelve a cultivarse en Madrid con cierta asiduidad y hasta parece que se apunta el deseo de reinstalarla en el lugar protagonista que ocupó a lo largo de muchísimos años. Son diversos los grupos nacionales -dúos, tríos, cuartetos, quintetos- que trabajan el repertorio clásico así como el de nuestro siglo.Entre ellos, posee méritos y matices muy peculiares el dúo formado por el violonchelista Enrique Correa y la pianista Mary Ruiz Casaux: Enrique Correa es uno de nuestros grandes violonchelistas, discípulo que fuera de Casaux y Cassadó, y la hija de Juan Antonio Ruiz Casaux, pieza esencial también del Trío Romaní.

El violonchelista Enrique Correa fue siempre artista de instinto y de saber; estudioso exigente y autocrítico de lo que cada partitura sea y signifique en la realización más visible de su grafia y en lo que "esconde entre las notas", por decirlo al modo de Claudio Debussy.

Ciclo de cámara de la ONE

Enrique Correa, violonchelista, y Mary Ruiz-Casaux, pianista. Sonatas de Chopin, Villalobos y Cassadó. Ciclo de Cámara de la Orquesta Nacional de España (ONE). Teatro Real. Madrid, 5 de marzo.

No posee distintos rasgos esenciales la pianista Mary Ruiz Casaux, de modo que la cohesión, la unidad de estilo, el servicio a unos fines bien identificados por cada parte, redundaron en excelentes versiones de las tres sonatas de Chopin, Villalobos y Cassadó.

Pentagramas grandes

Si en la de Chopin, op. 65, el piano nivela su voz con la del chelo, y hasta la inspira e impulsa" en Héctor Villalobos, la pujanza expresivista, casi romántica, de unos pentagramas grandes de aliento y sutilmente coloreados nos traen el mensaje del músico brasileiro: prolífico, exuberante, sentimental, con el río de lo popular unas veces oculto y otras mostrando su ancho curso amazónico.En fin, la gracia medida y o castiza de la Sonata en antigu estilo español, de Cassadó: uno de los egregios artistas catalanes enamorados de la España meridional, como Santiago Rusifiol o como Isaac Albéniz.

Fueron bellísimas versiones exactas, mesuradas en su extenonzación afectiva, bien pensadas y realizadas las que pudimos oir en el teatro Real.

La velada fue todo un éxito para los dos grandes intérpretes españoles que son el violonchelista Enrique Correa y la pianista Mary Ruiz-Casaux.

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