Cartas al director

Estrépito y gasto del referéndum

Como advenedizo del periodismo-o simple aficionado a escribir en los diarios- supongo que existirán enjundiosos tratados sobre el arte maquiavélico de titular las noticias. Así, cuando destacan en portada del pasado 18 de febrero: "Medio centenar de intelectuales y artistas pide el a la OTAN", se me ocurre que responde mejor a los hechos este otro título: "Sólo 50 intelectuales y artistas piden el a la OTAN". No es lo mismo, ¿verdad?, y, sin embargo, se ajusta mejor a la ley numérica.La carta de los intelectuales (y artistas, claro) presenta interesantes despliegues estraté...

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Como advenedizo del periodismo-o simple aficionado a escribir en los diarios- supongo que existirán enjundiosos tratados sobre el arte maquiavélico de titular las noticias. Así, cuando destacan en portada del pasado 18 de febrero: "Medio centenar de intelectuales y artistas pide el a la OTAN", se me ocurre que responde mejor a los hechos este otro título: "Sólo 50 intelectuales y artistas piden el a la OTAN". No es lo mismo, ¿verdad?, y, sin embargo, se ajusta mejor a la ley numérica.La carta de los intelectuales (y artistas, claro) presenta interesantes despliegues estratégicos. Como supongo -y confío- que el Gobierno perderá el referéndum, no me importa aportar algunas mejoras a tan -¿por qué no decirlo?- reaccionario intento. En primer lugar, el intento, no por obvio menos hábil, de jugar a asustar al personal con la desestabilización (el PSOE o el caos, digamos) me parece prematuro, y eso puede restar eficacia al mismo: deberían haberlo sacado dos días antes del plebiscito. Por otra parte, no dejan de ser divertidas las maniobras en torno a la firma de la carta. Estarán, en primer lugar, los redactores de la misma y los convocados (conjurados o cruzados) en primera instancia al conciliábulo en el restaurante. Luego vienen los que han sido expresamente llamados para que la firmen. Luego los espontáneos, los que no han sido llamados, pero se sienten soliviantados por no figurar. Por último estarían los que no contestan al teléfono para evitar que se lo pidan.

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Señores intelectuales y artistas: su juego me recuerda la táctica suprema en las películas de indios y vaqueros: hay que disparar al jefe para que se rindan todos los indios. Aquí se trata de apostar por el futuro, y para eso hay que salir de la OTAN; por tanto, y sintiéndolo mucho, porque es un bravo guerrero, hay que "dispararle" (¡santo Dios!, en sentido figurado) a Felipe. Así de claro- Fernando Parra.

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