El cese del general Ver, una concesión a EE UU

El anuncio del cese del general Fabián Ver al frente de las Fuerzas Armadas filipinas se interpreta como una primera concesión del presidente Ferdinand Marcos a las presiones de Estados Unidos. Ver fue sustituido por Fidel Ramos, considerado como un militar pronorteamericano y reformista. Los dos generales son parientes de Ferdinand Marcos. Ver, de 65 años, estaba encargado de supervisar la vuelta de Benigno Ninoy Aquino, el principal oponente al presidente Marcos, cuando cayó acribillado por las balas, el 21 de agosto de 1983, en el asfalto del aeropuerto de Manila, mientras bajaba...

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El anuncio del cese del general Fabián Ver al frente de las Fuerzas Armadas filipinas se interpreta como una primera concesión del presidente Ferdinand Marcos a las presiones de Estados Unidos. Ver fue sustituido por Fidel Ramos, considerado como un militar pronorteamericano y reformista. Los dos generales son parientes de Ferdinand Marcos. Ver, de 65 años, estaba encargado de supervisar la vuelta de Benigno Ninoy Aquino, el principal oponente al presidente Marcos, cuando cayó acribillado por las balas, el 21 de agosto de 1983, en el asfalto del aeropuerto de Manila, mientras bajaba del avión.

El asesinato de Aquino -cuya viuda, Cory Aquino, disputa el poder a Marcos- fue atribuido a Roland Galman, "un pistolero al servicio de los comunistas", según la versión oficial.

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El general Ver y otros 24 mifitares -incluidos los generales Próspero Olivas y Lusher Custodio- y un civil fueron sometidos a un largo, complejo y polémico proceso a causa del escándalo que provocó el asesinato de Aquino. Finalmente, fueron absueltos y, en contra de la opinión de EE UU, Ver fue rehabilitado por Marcos en su puesto de jefe del Alto Estado Mayor.

Con Ver, hombre fiel a Marcos desde la época en la que era su chófer y guardaespaldas, a mediados de los años cincuenta, el presidente ha mantenido el Ejército controlado durante la tumultuosa campaña electoral.

Ramos, formado en la academia militar estadounidense de West Point, cuenta con el visto bueno de Estados Unidos para llevar a cabo una reforma del Ejército filipino destinada a jubilar parte de la vieja guardia y dar un tono más profesional y efectivo a la lucha del Ejército contra la guerrilla comunista.

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Fidel Ramos podría tener también un papel clave en el control del Ejército en caso de una transición entre el régimen de Ferdinand Marcos y una alternativa de poder hacia una oposición moderada, en caso de que la Administración norteamericana decida dejar de la mano a su viejo aliado.

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