La música portuguesa, tan cerca y tan lejos

El último concierto organizado por el CDMC, dependiente del Ministerio de Cultura, viene a paliar lo que, sin duda, es un efectivo distanciamiento entre la música de Portugal y de España. A la relación entre una música y otra, salvando a una minoría de interesados, podría aplicársele el célebre eslogan de "tan cerca y, al mismo tiempo, tan lejos". Sobre todo, a causa de que las primeras orquestas españolas olvidan el repertorio del otro país ibérico como, por otra parte -pese a gestos y bellas palabras-, olvidan también el de los países latinoamericanos.Sin embargo, hace bastante tiempo que lo...

El último concierto organizado por el CDMC, dependiente del Ministerio de Cultura, viene a paliar lo que, sin duda, es un efectivo distanciamiento entre la música de Portugal y de España. A la relación entre una música y otra, salvando a una minoría de interesados, podría aplicársele el célebre eslogan de "tan cerca y, al mismo tiempo, tan lejos". Sobre todo, a causa de que las primeras orquestas españolas olvidan el repertorio del otro país ibérico como, por otra parte -pese a gestos y bellas palabras-, olvidan también el de los países latinoamericanos.Sin embargo, hace bastante tiempo que los músicos de España y Portugal se conocen y entienden, a lo que ha contribuido muy principalmente la labor de la Fundación Gulbenkian con sus festivales y encontros, en los que lo español está siempre presente. Desde RNE se hizo y se mantiene una política de difusión y está reciente la transmisión de la obra encargada a Enminanuel Nunes por la Unión Española de Radiodifusión.

Falta la oferta al gran público, sólo posible a través de las formaciones sinfónico-corales, carencia que debe remediarse, y no por simples razones de hermandad y proximidad espiritual y geográfica, sino por el valor intrínseco de la música portuguesa actual.

De ahí, el acierto del centro que dirige Tomás Marco al invitar a los músicos lisboetas que dirige Jorge Peixinho, cabeza de fila de su generación. Conocido por sus intervenciones en los encontros, el taller de Peixinho está formado por excelentes instrumentistas y compositores, como los que han venido a Madrid para actuar en la Escuela Superior de Canto: Carlos Franco, flauta; Antonio Saiote, clarinete; Reis Gomes, trompeta y dirección; José Machado, violín; Oliveira e Silva, viola; Luisa Vasconcellos, chelo; Catarina Latino, percusión; Clotilde Rosa, arpa, y Lopes e Silva, guitarra (ambos compositores, además de Peixinho, director, compositor y pianista).

Media docena de autores representativos formó el programa con algunas de sus páginas más significativas. De la más joven, Isabel Soneval (Oporto, 1961), conocimos un cuarteto para flauta, clarinete, violín y piano capaz de combinar los estilos de un virtuosismo instrumental -evidente en ciertos pasajes cadenciales- y una flexible apertura.

Sonidos y silencios

De gran poder evocador, la sencilla y bien calculada obra guitarrística de Lopes e Silva, Sub-memoria, hecha de sonidos y silencios -en lógica y convincente sucesión y ,expresiva de un pensamiento musical netamente guitarrístico por lo que al timbre se refiere principalmente.De Felipe Pires (nacido en Lisboa en el año 1934) nos hablaron sus Diálogos: controversia entre diversos grupos instrumentales y banda magnética previamente grabada, posee fascinación sonora, clara e inteligente articulación estructural y comunicatividad. Bien conocida por los interesados en la música actual es la figura de Constancia Capdeville -cultivadora de la música filmica y para ballet. Su Momento I revela claridad en su ideario poético/sonoro e impulso plástico y gestual asumido por la abstracción musical. Clotilde Rosa (1930), arpista y compositora, pertenece a una familia musical: su padre fue célebre cantante operístico; su hijo, violinista, toca en el Grupo de Peixinho. En Recóndita armonía, la autora parte del célebre fragmento pucciniano para evocar su propia biografía, aun haciendo hincapié en lo que es su pensamiento musical actual.

También aquí el conjunto se divide en dos grupos protagonistas de una interesante y bella combinatoria polifónica, rítmica y tínibrica. En fin, Jorge Peixinho, en su Jardim de Belisa, evoca el Don Perlimplín de García Lorca en una sucesión multiforme de combinaciones que, animadas por un impulso dramático, asumen el ser y el contexto de la pieza lorqueña a través de una ideología balanceante entre lo poético/superreal (a veces plenamente onírico) y lo lúdico. El director del grupo -excelente pianista también- pertenece a la generación portuguesa paralela a la española de los Halffter y De Pablo, y su obra, como la difusión de su talento, circulan normalmente por los medios europeos y americanos. El éxito más rotundo acompañó la breve y condensada mostra de música portuguesa actual.