Encontrados los restos del conde de Aranda

Los restos mortales del conde de Aranda, máximo exponente de la Ilustración aragonesa (1719-1798), han sido encontrados en el monasterio de San Juan de la Peña, próximo a Jaca (Huesca), en las obras de restauración que realiza el gobierno aragonés. El conde de Aranda, grande de España, fue capitán general, embajador en París y primer ministro bajo el reinado de Carlos III, justo antes de Manuel Godoy.

El hallazgo desvela algunas incógnitas históricas sobre el paradero de los restos de¡ insigne personaje, que para algunos habían sido objeto de una profanación y para otros historiador...

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Los restos mortales del conde de Aranda, máximo exponente de la Ilustración aragonesa (1719-1798), han sido encontrados en el monasterio de San Juan de la Peña, próximo a Jaca (Huesca), en las obras de restauración que realiza el gobierno aragonés. El conde de Aranda, grande de España, fue capitán general, embajador en París y primer ministro bajo el reinado de Carlos III, justo antes de Manuel Godoy.

El hallazgo desvela algunas incógnitas históricas sobre el paradero de los restos de¡ insigne personaje, que para algunos habían sido objeto de una profanación y para otros historiadores no habían regresado de Madrid, adonde el fueron trasladados en el siglo XIX para formar parte de un panteón nacional de hombres ilustres. El 2 de julio de 1883, los restos del conde de Aranda fueron devueltos a San Juan de la Peña al fracasar el proyecto de construir el panteón.

El proyecto de restauración del monasterio preveía la dignificación del enterramiento de Pedro Pablo Abarca de Bolea y Xíménez de Urrea, conde de Aranda, que se suponía estaban en el panteón de nobles del monasterio. El 22 de noviembre se inició la investigación en la zona que se preveía albergaba dichos restos. Éstos fueron encontrados en una caja de plomo contenida en otra con la inscripción "D. O. M. excelentísimo señor conde de Aranda", en letras de plata. En su interior había una casaca azul bordada en oro, parte de los restos de un hombre anciano, de mediana estatura, desdentado, y que había padecido artrosis cervical. Quedaban restos de la peluca con la que fue enterrado, de los zapatos y elespadín, que apareció oxidado y descompuesto.

En una de las caras interioes de la urna figura la fecha de 1883, año en que el conde fue trasladado de Madrid a San Juan de la Peña. Los restos serán de nuevo inhumados en el lugar en que el conde de Aranda quiso ser enterrado.

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