EL FUTURO DEL MERCADO COMÚN

La RFA y el Reino Unido rechazan la reforma monetaria en la Comunidad Económica Europea

La institucionalización formal y legal de la cooperación monetaria en la CEE recibió ayer en Bruselas una ducha fría por parte de la RFA y el Reino Unido en la reunión de ministros de Economía y Finanzas de la Comunidad. Los titulares de Asuntos Exteriores se reúnen hoy para seguir debatiendo la reforma de la CEE, con tres puntos centrales al orden del día: la creación de un verdadero mercado interior en la CEE, el otorgamiento de nuevos poderes al Parlamento Europeo y la plasmación en un texto vinculante de la cooperación de los diez -pronto doce- en materia de política exterior.

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La institucionalización formal y legal de la cooperación monetaria en la CEE recibió ayer en Bruselas una ducha fría por parte de la RFA y el Reino Unido en la reunión de ministros de Economía y Finanzas de la Comunidad. Los titulares de Asuntos Exteriores se reúnen hoy para seguir debatiendo la reforma de la CEE, con tres puntos centrales al orden del día: la creación de un verdadero mercado interior en la CEE, el otorgamiento de nuevos poderes al Parlamento Europeo y la plasmación en un texto vinculante de la cooperación de los diez -pronto doce- en materia de política exterior.

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El presidente de la Comisión Europea, Jacques Delors, había presentado el pasado 28 de octubre unas propuestas relativamente modestas en materia monetaria: poner en el Tratado de Roma lo que ya existe en la realidad con el SME (Sistema Monetario Europeo). Delors, no obstante, propuso también que la Comisión tuviera un poder de iniciativa en materia monetaria del que carece en la actualidad y que se reforzara el Fondo Europeo de Cooperación Monetaria para reemplazarlo a largo plazo por un Fondo Monetario Europeo con autonomía institucional.El Reino Unido -cuya libra esterlina no está integrada en el SME- rechazó de plano estas propuestas, y junto con la RFA llegó incluso a pedir -sin conseguirlo- que el tema se retirara, hasta nueva orden, de los debates de la conferencia para la reforma de la CEE. Ni Londres ni Bonn desean, en todo caso, formalizar el SME a través de unos artículos vinculantes a incorporar en el Tratado de Roma. Bonn, que no quiere que el marco tenga que soportar el peso de la Política monetaria si no media antes una convergencia eficaz de las políticas económicas, basó su argumento en excusas jurídicas sobre la independencia del Bundesbank y la integración de la libra en el SME.

Fronteras fiscales

"El tema está muy poco maduro y las posturas enfrentadas", señaló el secretario de Estado de Economía y Planificación, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, quien asistió como observador a la reunión. Los ministros debatieron asimismo la abolición de las fronteras fiscales en la CEE por medio de la armonización de los tipos de IVA y otros impuestos indirectos, sin llegar tampoco a un atisbo de acuerdo.

En este ambiente se reúnen hoy en Bruselas los titulares de Exteriores. En la cuestión del mercado interior ya existe más o menos acuerdo sobre la fecha objetivo de 1992 para la plasmación de las cuatro libertades: de circulación de mercancías, personas, servicios y capitales. Persisten, sin embargo, problemas sobre los plazos y condiciones para fijarlas, con de nuevo, el debate sobre unanimidad o mayoría.

Una variante sobre la mesa es la de decidir por unanimidad los grandes objetivos y la lista de los puntos que serán objeto de decisiones por mayoría, lo que en parte desvirtúa el ejercicio.

Los países fuertes como la RFA no quieren, por otra parte, que se admitan cláusulas de escape que permitieran a algunos países excepciones temporales. Francia ha propuesto establecer un principio de diferenciación positiva: los que quieran en la CEE ir adelante hacia una mayor integración pueden hacerlo. España, por el contrario, pediría una diferenciación negativa: derogaciones. Y España insiste en que toda decisión de este género venga acompañada de medidas de cohesión económica y social -reforzando los fondos estructurales- para ayudar a los países más atrasados, a lo que se resisten la RFA y el Reino Unido.

En cuanto a los poderes del Parlamento Europeo, se ha recogido velas. De lo que se habla ahora es de reforzar la cooperación o la concertación entre el Consejo de Ministros de la CEE y el Parlamento, pero no de poderes de codecisión. Y en estos debates que habrían de culminar en el Consejo Europeo de Jefes de Estado y de Gobierno, que está convocado para los próximos días 2 y 3 de diciembre en Luxemburgo, aún no está adquirido el principio de la reforma del Tratado de Roma.

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