Emir Kusturica: "Mis personajes han de parecerse a la gente de la vida"

El ganador en el festival de Cannes presenta en España su película premiada

Emir Kusturica, a los 30 años, ganó el último gran premio del festival de Cannes contando al público una historia hecha de elementos de su experiencia personal, sin adornos excesivos. Pertenece a la llamada escuela de Praga, de jóvenes directores yugoslavos que aprendieron en la capital del Voltava. Dentro de un año comenzará a hacer realidad el sueño de filmar El puente sobre el Drina, sobre la novela del mismo título del Nobel Ivo Andric. Hoy llega a Madrid y ayer habló en Yugoslavia para EL PAIS. Un punto esencial de su filosofía: "Mis protagonistas tienen que parecerse a la gente de la vid...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Emir Kusturica, a los 30 años, ganó el último gran premio del festival de Cannes contando al público una historia hecha de elementos de su experiencia personal, sin adornos excesivos. Pertenece a la llamada escuela de Praga, de jóvenes directores yugoslavos que aprendieron en la capital del Voltava. Dentro de un año comenzará a hacer realidad el sueño de filmar El puente sobre el Drina, sobre la novela del mismo título del Nobel Ivo Andric. Hoy llega a Madrid y ayer habló en Yugoslavia para EL PAIS. Un punto esencial de su filosofía: "Mis protagonistas tienen que parecerse a la gente de la vida".

Pregunta. A los 23 años usted ganó en el festival checoslovaco de Karlovy Vary un premio con su filme Guernica. ¿Cómo es esta película?Respuesta. Fue mi obra de licenciatura en la Academia de Praga. Tengo una copia en casa. En Praga se pasan dos exámenes de fin de carrera: uno de cine y otro de televisión. Ésta es. una película de media hora que trata de un chico, judío, que una tarde del año 1939 recuerda en casa cuando vio con su padre el Guernica de Picasso. En París se hablaba entonces mucho de judíos. Él le pregunta a su padre qué es eso de ser judío, a lo que éste le responde: "Mira, es tener la nariz un poco más larga que el prójimo. Hoy eso es importante, mañana no lo será". El niño siente que algo siniestro transita por entre su familia y empieza a rodear de carmín de labios las narices, cabezas y miembros de las fotos de su familia. Las recorta y amontona y, aterrado, compone su propio Guernica pegando los recortes uno tras otro.

P. ¿Cómo marca Praga a sus estudiantes?

R. La escuela de Praga sigue la tradición de un pequeño país de la Europa medieval en el que las narraciones nunca fueron historias pomposas ni grandilocuentes de héroes altivos. Siempre se creó con gente de carne y hueso, que trepa desde su sencillez hasta alturas heroicas. Pero son protagonistas tan trágicos como cómicos. La característica principal de aquel mundo es la relación cómica con el protagonista. Hay un principio humanista que todos asumimos allí: si haces reír a un hombre, puedes perdonarle todo lo que no sea de risa. Mis protagonistas son tan dramáticos como cómicos, tienen que parecerse a la gente de la vida.

P. ¿Cuál es su mejor película?

R. A mí sigue gustándome sobre todo Guernica. Es mi obra más pura. No contiene ninguna concesión y habla de esa esencia de la creación que mueve al hombre a destruir para volver a crear.

P. ¿Se ha comercializado?

R. No, nunca. Sólo la televisión yugoslava la ha presentado.

P. ¿Y en España no va a hablar de eso con alguien?

R. Los derechos los tiene la Academia checa y no es nada fácil gestionarlo.

P. ¿Cómo consiguió usted hacer cine en una óptima relación calidad-precio y ganar Cannes, hoy en día, con una producción que costó 40 millones de pesetas?

R. Creo que en la vida también se puede hacer cine salido de la experiencia, sin muchos medios ni necesidad de engalanar demasiado. Un hombre lleva siempre dentro material de sobra para dos o tres buenas películas o tres o cuatro novelas. El resto es cuestión de tinglado e imaginación. Yo ya he contado lo que vi, oí y deseé, y ahora entro en una nueva fase.

P. ¿Cuál es su director preferido?

R. Me gustan todos los buenos, pero me encanta el francés Jean Vigo, que sólo hizo Atlanta y otro filme. Lo situaría junto a Jean Renoir y Fellini. El realismo poético francés y el neorrealismo italiano son mis corrientes preferidas.

P. ¿Cómo será El puente sobre el Drina?

R. Un gran proyecto. No me gusta tanto por lo grande como por lo profundo. Cala en las raíces de mi pueblo. La novela arranca de la base de nuestra mentalidad, cuenta lo que somos y lo que no somos, la trágica experiencia de los pueblos balcánicos. Se trata de un joven servio que fue llevado a la corte de Estambul por los conquistadores otomanos y allí se hizo turco. Ya rico y poderoso, vuelve a legarle a su pueblo un puente, que será el personaje principal de una película que describirá alegrías y crueldades, gozos y sufrimientos.

P. ¿Cómo logró usted, tan intimista, gustarle tanto a Saltzman, productor de los James Bond?

R. Bueno, Salztman ha hecho 30 películas y sólo 11 son Bond. El resto son filmes artísticos y buenos en su mayoría. Ahí está Falstaff. Harry es ya mayor y está interesado en hacer una buena cinta. Creo que lo conseguiremos juntos.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Archivado En