La liberación de los pescadores de 'El Junquito'

El frente saharaui organizó una fiesta para despedir a los pescadores de 'El Junquito'

Los perplejos marineros de El Junquito asistían en Smara -localidad saharaui próxima a la ciudad argelina de Tinduf-, 12 horas después de ser entregados oficialmente a España, a una fiesta de despedida organizada por el Frente Polisario. Junto a ellos, un no menos perplejo delegado del Gobierno español para la entrega, Natividad Moreno: un joven funcionario sin experiencia que, tras hacerse cargo de los pescadores, empleó el sábado en visitar escuelas saharauis, reconocer el cadáver del contramaestre de El Junquito -depositado en un hospital próximo al escenario de la fiesta- y esperar en vano...

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Los perplejos marineros de El Junquito asistían en Smara -localidad saharaui próxima a la ciudad argelina de Tinduf-, 12 horas después de ser entregados oficialmente a España, a una fiesta de despedida organizada por el Frente Polisario. Junto a ellos, un no menos perplejo delegado del Gobierno español para la entrega, Natividad Moreno: un joven funcionario sin experiencia que, tras hacerse cargo de los pescadores, empleó el sábado en visitar escuelas saharauis, reconocer el cadáver del contramaestre de El Junquito -depositado en un hospital próximo al escenario de la fiesta- y esperar en vano la llegada del avión argelino que condujese al grupo al encuentro del Fokker español que desde Adrar, 800 kilómetros al este de Tinduf, debía devolverlos a Canarias.

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El grupo de siete españoles permanecía el domingo por la mañana en Tinduf, donde finalmente abordaron el avión puesto a su disposición por el Gobierno de Argelia."¿El Junquito está en Canarias?". La pregunta la hacía, durante la fiesta del Polisario en Smara, el marinero Francisco Rodríguez, de 28 años.

Es uno de los que, 12 horas atrás, había comparecido en el desierto, junto a sus cinco compañeros, ante los informadores españoles que iban a ser testigos de su devolución por el Frente Polisario.

Francisco, lacónico y cansado, no entiende qué hace allí el grupo después de tanto tiempo. Todos ellos, saludados efusivamente por la multitud engalanada que presenciaba la fiesta, componían un conjunto serio y asombrado.

La ceremonia de su devolución tuvo por escenario un anónimo destacamento militar saharaui, a unos 90 kilómetros al sur del enclave militar argelino de Tinduf, en "territorio liberado" de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD).

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Los marineros españoles fueron conducidos allí el mismo sábado por la mañana desde un vecino campamento polisario -dos horas de jeep-, en el que los pescadores llevaban casi cinco días esperando ser entregados a sus representantes diplomáticos.

Jacinto Rodríguez, mecánico, 46 años, herido en una pierna y en el rostro; Francisco Rodríguez, 28 años; Francisco Santana, 50 años; Marcos de León, 36 años, patrón; Fermín Toledo, 45 años, marinero, y Antonio Manuel Morales, 33 años, hijo del armador de El Junquito, comparecieron a primera hora de la mañana del sábado -vestidos con la tradicional darra saharaui (túnica blanca)- ante los periodistas españoles y al sol naciente del desierto.

Tres días en 'jeep'

Serios, tensos y aseados, respondieron con desgana a las preguntas. Habían viajado en dos jeeps, durante tres días, desde el lugar en que fueron atacados y apresados, bahía de Santa Ana, hasta un campamento polisario de nombre secreto, próximo a Tinduf, que les sirvió de alojamiento desde la noche del lunes 23 de septiembre hasta su liberación formal.

El cadáver del contramaestre Guillermo Batista, "que murió de un impacto de bala en el estómago", hizo el viaje con ellos. No volvieron a ver su féretro desde la noche del día 23, pero saben que en esos casi cinco días posteriores -durante los que "comimos y descansamos", dijeron- los restos mortales de Batista fueron embalsamados.

Los pescadores españoles, que repiten lenta y firmemente las tesis polisarias, justificaron el ataque de las tres lanchas Zodiac saharauis en aguas de la bahía de Santa Ana. "Íbamos con bandera marroquí..., pescábamos en aguas prohibidas y en una zona de guerra..., nos han tratado muy bien, toda la ropa que llevamos nos la ha dado el Polisario". Probablemente volverán a faenar en el banco sahariano, aunque, asegura Fermín Toledo, "no bajo el pabellón de Marruecos".

En una cabaña de adobe de las cuatro que componen el puesto militar saharui situado en las primeras ondulaciones del terreno al sur de Tinduf, el funcionario consular español se hizo cargo de los pescadores, entregados a través de la Media Luna Roja Saharui. Fue leído un comunicado del Ministerio de Asuntos Exteriores de la RASD. La nota reitera que el ataque a El Junquito había sido un acto de legítima defensa y que el Gobierno saharaui, que lamentaba lo sucedido, quería mantener buenas relaciones con España. Luego, Natividad Moreno y los pescadores abandonaron bajo escolta, poco después de las diez de la mañana, el puesto del desierto.

Ineficacia de Exteriores

Suponían entonces que se dirigían a Tinduf para abordar un avión argelino que les llevaría al encuentro del aparato que habría de devolverles a España. Lo que finalmente hicieron 24 horas después.

Para el Frente Polisario, la rocambolesca historia de los marineros de El Junquito, esperando cinco días su entrega a las autoridades de su país, se explica por la ineficacia de los responsables del Ministerio de Asuntos Exteriores y de la diplomacia española. La lentitud burocrática argelina en proporcionar un medio de transporte y una ruta adecuada hizo el resto, según esa versión. La representación diplomática española en Argel opina que la saga de la devolución de los pescadores ha sido una maniobra polisaria destinada a ganar tiempo y servirles entretanto de altavoz propagandístico.

Los pescadores canarios no entendían en la noche del sábado qué habían hecho alojados un día entero en Smara, después de su entrega oficial a la representante española.

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