ECOLOGÍA

El Gobierno español cree que la moratoria de vertidos nucleares en el mar sera "para siempre"

El Gobierno español cree haber obtenido en la reciente conferencia de Londres una moratoria "para siempre" de los vertidos nucleares de mediana y baja actividad en el mar, según declaró ayer la directora general del Medio Ambiente, Concepción Sáez. "No fue posible votar la prohibición total", dijo Sáez, "pero hemos ganado la batalla moral que impedirá durante mucho tiempo, creemos que para siempre, los depósitos de sustancias radiactivas en el mar, y muy especialmente, en la fosa atlántica.

La mayor parte de los países que han asistido a la novena reunión consultiva del Convenio de Lond...

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El Gobierno español cree haber obtenido en la reciente conferencia de Londres una moratoria "para siempre" de los vertidos nucleares de mediana y baja actividad en el mar, según declaró ayer la directora general del Medio Ambiente, Concepción Sáez. "No fue posible votar la prohibición total", dijo Sáez, "pero hemos ganado la batalla moral que impedirá durante mucho tiempo, creemos que para siempre, los depósitos de sustancias radiactivas en el mar, y muy especialmente, en la fosa atlántica.

La mayor parte de los países que han asistido a la novena reunión consultiva del Convenio de Londres sobre vertidos de sustancias radiactivas al mar decidieron apoyar la propuesta española de suspender indefinidamente los vertidos al mar de residuos y otras sustancias radiactivas para dar tiempo a ulteriores estudios que permitan obtener un juicio más informado".Tras una serie de maniobras dilatorias por parte de países como Estados Unidos y Canadá, la batalla fue ganada finalmente por España con el apoyo inicial de Australia, Brasil, Chile, Cuba, Dinamarca, República Dominicana, Finlandia, Haití, Islandia, México, Nueva Zelanda, Noruega, Panamá, Santa Lucía y Suecia.

La votación final dio como resultado 25 países a favor de esta propuesta, 6 en contra y 7 abstenciones. Votaron en contra Suráfrica, Suiza, Canadá, Francia, Gran Bretaña y Estados Unidos de América. Se abstuvieron Portugal, Unión Soviética, Argentina, Bélgica, Italia, Grecia y Japón.

España se había propuesto obtener la prohibición formal de realizar todo tipo de vertidos, para lo que necesitaba cambiar el articulado del anejo 2 al anejo 1. "Pero ante la probabilidad de no obtener los dos tercios de los votos necesarios para cambiar este articulado, optamos por presentar la propuesta de la moratoria", ha explicado Concepción Sáez. "Aunque la moratoria es un compromiso moral que no obliga desde un punto de vista jurídico a cumplirla, creemos que ningún país va a continuar con los vertidos. De los países que han votado en contra, sólo el Reino Unido ha manifestado su intención de seguir vertiendo sustancias radiactivas al mar. El resto de los países ha dicho que optará por el depósito en tierra".

La directora general del Medio Ambiente, que ha asistido a la reunión de Londres en calidad de vicepresidenta de la delegación española, ha explicado que a partir de ahora la posición española se situará en una "dinámica constructiva de hacer cosas y llevar el peso de los nuevos estudios". España manifestó previamente serias reticencias al estudio elaborado por los expertos de la Convención de Londres. El tema básico y central de este estudio, en el que los científicos no se han puesto de acuerdo, es el de las corrientes marinas.

"Consideramos que el problema de los vertidos es tan peligroso", añade Concepción Sáez, "que no se debe seguir tirando basura nuclear al mar hasta que no se tenga evidencia científica de su falta de peligrosidad". La directora general del Medio Ambiente admite que todo residuo nuclear entraña un peligro, pero afirma que es menos peligros el sistema de enterramiento porque se puede prevenir e incluso controlar.

Por su parte, la asociación ecologista internacional Greenpeace, que ha asistido como organización no gubernamental invitada a la convención de Londres, ha hecho público un comunicado en el que indica que "a pesar de que se ha acordado una moratoria indefinida, las partes contratantes han perdido una oportunidad histórica de acabar para siempre con los vertidos radiactivos en el mar, tal y cómo exige la opinión pública internacional y un número cada vez mayor de científicos".

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