Muchas medicinas son nocivas o ineficaces, según el director general de Farmacia

Muchas de las medicinas que se utilizan hoy en España no sirven para nada o tienen efectos nocivos, aseguró ayer Félix Lobo, director general de Farmacia. Lobo -que intervino en un congreso sobre el uso racional de los medicamentos inaugurado por el ministro de Sanidad, Ernest Lluch- achacó este problema a la política de autorización de medicamentos en España y a una mala práctica médica. Por su parte, el ministro expresó su preocupación por el alto índice de automedicación en nuestro país. El congreso se celebra en la sede del Departamento de Sanidad hasta el próximo día 20.

Félix Lobo...

Muchas de las medicinas que se utilizan hoy en España no sirven para nada o tienen efectos nocivos, aseguró ayer Félix Lobo, director general de Farmacia. Lobo -que intervino en un congreso sobre el uso racional de los medicamentos inaugurado por el ministro de Sanidad, Ernest Lluch- achacó este problema a la política de autorización de medicamentos en España y a una mala práctica médica. Por su parte, el ministro expresó su preocupación por el alto índice de automedicación en nuestro país. El congreso se celebra en la sede del Departamento de Sanidad hasta el próximo día 20.

Félix Lobo declaró que "según estudios realizados por diversos expertos sobre 400 especialidades farmacéuticas de mayor consumo en el período comprendido entre los años 1975 y 1980, el 42%, de ellas tenían un valor intrínseco nulo o inaceptable".Lluch, por su parte, expresó su preocupación por las cifras que alcanza en España la pastillomanía o automedicación, con más de un 25% de personas que la practican.

"Debemos erradicar del país el grave problema de la automedicación", subrayó Lluch. "Se podrá criticar el que los profesionales médicos tengan muchos o pocos conocimientos, pero lo cierto es que saben mucho más que el resto de la población".

Los recursos económicos que los Presupuestos Generales del Estado dedican a Sanidad ascienden a 1,2 billones de pesetas, lo que supone 32.000 pesetas por persona y año. En 1984, de esta cantidad, 5.000 pesetas correspondieron a gastos de medicamentos.

Félix Lobo afirmó que la administración de esos medicamentos responde a una mala práctica médica, ya que, existiendo otros de eficacia similar, se somete a la población a un riesgo innecesario.

Falta de conocimientos

Entre los factores determinantes del uso irracional de medicamentos, Lobo mencionó la política de registro o de autorización de medicamentos existente en España, "que no protege a la salud española sino a la competencia profesional y a la deficiencia de las enseñanzas de farmacología y terapéutica en las universidades"."Estas enseñanzas", añadió, "no son suficientes para dar a los médicos unos conocimientos científicos necesarios y una actitud crítica necesaria frente a la publicidad industrial. Los anuncios, los visitadores médicos y las referencias del Vademécum (guía de medicamentos) suelen ser sus únicas fuentes".

El primer paso para conseguir una política de medicamentos positiva es, para Lobo, la reforma de la atención primaria, que ya se está realizando, y que debe funcionar con equipos multidisciplinares, en los que los farmacéuticos pueden desempeñar un papel muy importante.

La labor de los farmacéuticos en la asistencia primaria fue también destacada por el director general de Planificación Sanitaria, Eduardo Martín Vigil.

Entre las funciones que pueden desarrollar los farmacéuticos, Martín Vigil destacó el control de una utilización racional de los medicamentos, la realización de estudios epidemiológicos sobre los mismos y la información a los equipos médicos. Asimismo, señaló que existe un médico público por cada 1.250 habitantes y 3,52 camas públicas por cada 1.000 habitantes, lo que parece insuficiente para cumplir los objetivos de la ley de Reforma Sanitaria.

Por otra parte, el defensor del pueblo, Joaquín Ruiz-Giménez, recibió ayer a una representación del Consejo General de Colegios Farmacéuticos. Los farmaceúticos protestan por la reducción ministerial del márgen profesional de beneficio de las oficinas de farmacia.