Los intereses de la deuda del Estado en 1986 ascenderán a casi un billón de pesetas

Los problemas estructurales de la economía española, como el paro o el déficit público, han reducido su crecimiento potencial al 2,4% anual en lo que resta de década. El déficit se ha enquistado de tal forma que, incluso con dicha tasa, resultará mayor que el de cualquier otro país industrializado. Pese a ello, y a que los intereses de la deuda estatal subirán el próximo año de 700.000 a casi el billón de pesetas, el secretario de Estado de Hacienda, José Borrell, aseguró ayer que la rebaja de tarifa en el impuesto sobre la renta desde este año excederá lo anunciado, si se confirma el fuerte a...

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Los problemas estructurales de la economía española, como el paro o el déficit público, han reducido su crecimiento potencial al 2,4% anual en lo que resta de década. El déficit se ha enquistado de tal forma que, incluso con dicha tasa, resultará mayor que el de cualquier otro país industrializado. Pese a ello, y a que los intereses de la deuda estatal subirán el próximo año de 700.000 a casi el billón de pesetas, el secretario de Estado de Hacienda, José Borrell, aseguró ayer que la rebaja de tarifa en el impuesto sobre la renta desde este año excederá lo anunciado, si se confirma el fuerte aumento de ingresos habido durante la reciente campaña.La cuantificación del crecimiento potencial de la economía española ha sido efectuada por expertos del Fondo para la Investigación Económica y Social (FIES), de las cajas de ahorro. El profesor Enrique Fuentes Quintana, responsable del FIES y director de un curso sobre el déficit público iniciado ayer en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, de Santander, calificó el citado 2,4% como un dato dramático y sobrecogedor.

Para ilustrar el problema del déficit -ha sido desoída su propuesta de pacto político para luchar contra el déficit e incluso ayer mismo volvió a lanzar la idea de crear una comisión de seguimiento parlamentario-, el profesor esgrimió los informes del Banco de España, Fondo Monetario Internacional y OCDE.

A la denuncia de los efectos perversos del déficit público realizada también en el mismo curso por varios colaboradores de Fuentes Quintana, se sumó José Viñals, del servicio de estudios del Banco de España, que en uno de sus trabajos más recientes atribuye a la diferencia entre ingresos y gastos públicos en España el aumentar la inflación y el paro. Tras recordar que la teoría económica se decanta poco a poco en este sentido a nivel internacional, Viñals afirmó que, si no se reduce el déficit habrá que abandonar el propósito de rebajar la inflación al 8%.

Primeras conclusiones

Junto al creciente escepticismo sobre la posibilidad de que el déficit público anime el crecimiento económico, uno de los postulados keynesianos más conocidos, las primeras conclusiones del curso apuntan a que deben separarse el déficit existente cuando la economía alcanza su actividad potencial (déficit estructural) y el debido a causas coyunturales.El secretario de Estado de Hacienda, José Borrell, además de ilustrar los tres signos distintivos que apreció el profesor Fuentes Quintana (impacto de las subvenciones y ayudas propias del capitalismo corporativo español, extensión del fenómeno a todas las administraciones públicas y elevación de la deuda para sanear empresas incluso privadas), dijo que los gastos públicos han pasado en 10 años del 25% al 39% del producto interior bruto o valor añadido total por efecto de la inflación, las facilidades encontradas por las demandas sociales en el cambio político y el impacto de la crisis económica.

Aunque se extendió en la dificultad de reducir los principales focos -por ejemplo, el coste de la deuda estatal subirá el próximo año de 700.000 a un billón de pesetas, sin contar la carga de otras administraciones públicas ni de los 600.000 millones en intereses que pagarán las empresas", Borrell reafirmó la intención gubernamental de proseguir en 1986 la baja del déficit del Estado así como la de que todo aumento de su presión fiscal vaya a disminuir cotizaciones a la Seguridad Social, como ha ocurrido en 1984 cuando la presión fiscal subió 0,50 pesetas por cada 100 producidas y fue destinada íntegramente a aliviar las cotizaciones de las empresas.

Sin embargo, indicó que los eventuales incrementos de la presión fiscal saldrán exclusivamente de ampliar la base tributaria o el número de contribuyentes.

En este sentido, anunció que la baja de tarifa en el impuesto sobre la renta desde el presente año será mayor de lo previsto si se confirma que los ingresos netos logrados durante la reciente campaña de renta han superado los objetivos. Éstos habían sido cifrados en 106.000 millones de pesetas, después de proceder a las devoluciones solicitadas hasta el pasado día 1. El compromiso de Miguel Boyer era compensar mediante una menor tarifa del IRPF los 107.000 millones de pesetas que se estima bajará la recaudación por la reciente disminución de algunas retenciones fiscales.

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