Washington y Bonn colaborarán contra la violencia
El vicepresidente estadounidense George Bush, consiguió ayer en Bonn el apoyo del Gobierno de la República Federal de Alemania para el lanzamiento de una campaña coordinada de los países occidentales contra el terrorismo. Coincidiendo con la visita de Bush a la RFA -segunda escala de su gira europea-, el portavoz del Gobierno alemán occidental anunció ayer la celebración de una reunión de expertos en la lucha antiterrorista de los siete países más industrializados, a celebrar en julio en Bonn.
Esta comisión, creada en 1978, adquiere un especial relieve tras haber anunciado la Admini...
Regístrate gratis para seguir leyendo
Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
El vicepresidente estadounidense George Bush, consiguió ayer en Bonn el apoyo del Gobierno de la República Federal de Alemania para el lanzamiento de una campaña coordinada de los países occidentales contra el terrorismo. Coincidiendo con la visita de Bush a la RFA -segunda escala de su gira europea-, el portavoz del Gobierno alemán occidental anunció ayer la celebración de una reunión de expertos en la lucha antiterrorista de los siete países más industrializados, a celebrar en julio en Bonn.
Esta comisión, creada en 1978, adquiere un especial relieve tras haber anunciado la Administración norteamericana que estudia un plan de acción antiterrorista común con sus aliados como consecuencia de los últimos secuestros y atentados que afectan espécialmente a la aviación civil.
El vicepresidente norteamericano, que ha sido designado por el presidente Reagan para coordinar la lucha antiterrorista de EE UU con los aliados occidentales, manifestó que todas las democracias pluralistas deben hacer frente común para combatir un terrorismo que amenaza a todos por igual. Bush entregó a Kohl una carta de Reagan con una detallada exposición de las medidas que Estados Unidos considera necesarias para la erradicación de este problema.
En Bonn no se ha hecho público detalle alguno sobre las posibles medidas antiterroristas que pudieran adoptar los aliados occidentales, y Bush se negó también a revelar las posibles respuestas de EE UU al secuestro de ciudadanos norteamericanos por parte de la milicia shií libanesa. En relación con estos rehenes de la milicia radical islámica, Bush manifestó que su Gobierno rechaza la vinculación de su suerte a la de los reclusos shiíes en prisiones israelíes.
Bush afirmó que, si bien la situación de los prisioneros de Israel preocupa a la Administración norteamericana, su libertad no puede ser nunca producto de un chantaje con víctimas inocentes.