El Primero de Mayo en el mundo

Ausencia de 'culto a la personalidad' en la plaza Roja de Moscú

El líder soviético Mijail Gorbachov presidió ayer bajo la lluvia la tradicional manifestación- del Primero de Mayo, celebrada en la plaza Roja de Moscú en un ambiente de ausencia de culto a la personalidad. Los participantes en el acto, que convergieron en el centro de la capital agrupados en columnas procedentes de los distritos periféricos, llevaban esta vez menos retratos de los máximos líderes soviéticos que en 1984 y no enarbolaban pancartas con citas de Gorbachov.Los retratos de los 13 miembros del Politburó -todos ellos del mismo tamaño y características pasaron por duplicado ante el ma...

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El líder soviético Mijail Gorbachov presidió ayer bajo la lluvia la tradicional manifestación- del Primero de Mayo, celebrada en la plaza Roja de Moscú en un ambiente de ausencia de culto a la personalidad. Los participantes en el acto, que convergieron en el centro de la capital agrupados en columnas procedentes de los distritos periféricos, llevaban esta vez menos retratos de los máximos líderes soviéticos que en 1984 y no enarbolaban pancartas con citas de Gorbachov.Los retratos de los 13 miembros del Politburó -todos ellos del mismo tamaño y características pasaron por duplicado ante el mausoleo de Lenin, donde la dirección soviética presidía el desfile. Hubo también pancartas con fotografías (en blanco y negro o color) del reciente encuentro de Gorbachov con obreros de la fábrica de automóviles moscovita Ligachov. Las dimensiones y número de los carteles era menor que en 1984, cuando se utilizaron numerosas fotos para recoger el encuentro de Konstantín Chernenko con los obreros de la fábrica Hoz y Martillo.

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El día era desapacible y frío. Contingentes de tropas del Comité de Seguridad del Estado (KGB) en uniforme mantenían el orden en la plaza Roja, por donde, agrupados por barrios, miles de moscovitas desfilaban con paso ligero al son de músicas populares y patrióticas, portando flores de papel y globos, además de pancartas.

En la tribuna del mausoleo, junto a Gorbachov y a su derecha, estaba el ministro de Defensa, Sergei Sokolov, flanqueado por un grupo de altos cargos del Ejército. A la izquierda del máximo dirigente se habían situado el jefe del Gobierno, Nikolai Tijonov, y el resto de miembros del Politburó residentes habitualmente en Moscú.

En el espacio destinado al cuerpo diplomático, a la izquierda del mausoleo de Lenin, estaba, entre otros representantes occidentales, el embajador de España, José Luis Xifra de Ocerín. El embajador de EE UU, Arthur Hartman, no se hallaba presente, pero en cambio estaba el hijo de Ronald Reagan acompañado de un diplomático norteamericano. No lejos de él es tuvo la esposa de Gorbachov, Raisa, situada en un lugar donde resultaba bien visible por parte de los corresponsales situados en la tribuna de prensa extranjera.

Entre las pancartas que desfila ron sobresalían las que hacían alusión al Pacto de Varsovia y a la comunidad socialista. "El Pacto de Varsovia desempeña un papel prominente en el mantenimiento de la paz en Europa y en todo el mundo", rezaba uno de los letreros. Había también inscripciones relativas a la carrera de armamentos acusaciones a EE UU y consignas de tipo económico y relativas a la preparación del 27º congreso del PCUS.

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