Crítica:

Cristóbal Halffter y los jóvenes alemanes, en un concierto memorable

La Orquesta de Jóvenes de la República Federal de Alemania es el resultado de un ambiente y una tradición que otorga a la música el papel cultural y social que le corresponde. Casi una centuria de muchachos estudiantes, de edades comprendidas entre 14 y 21 años, se reúnen durante unos días de sus vacaciones para hacer música y lo logran en grados de altísima calidad. Contando con patrocinios y subvenciones oficiales e institucionales, la Bundesjugendorchester realiza cada año una gira de conciertos, preparados y dirigidos, en esta ocasión, por Cristóbal Halffter.Quince días de ensayos en la RF...

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La Orquesta de Jóvenes de la República Federal de Alemania es el resultado de un ambiente y una tradición que otorga a la música el papel cultural y social que le corresponde. Casi una centuria de muchachos estudiantes, de edades comprendidas entre 14 y 21 años, se reúnen durante unos días de sus vacaciones para hacer música y lo logran en grados de altísima calidad. Contando con patrocinios y subvenciones oficiales e institucionales, la Bundesjugendorchester realiza cada año una gira de conciertos, preparados y dirigidos, en esta ocasión, por Cristóbal Halffter.Quince días de ensayos en la RFA, con un trabajo de seis a ocho horas diarias, han permitido el montaje del programa escuchado en el Real, todo nuevo -salvo Haendel- para la joven formación. En su actuación pública y para la radio de Colonia, en lugar de Haendel se incluyeron las Noches en los jardines de España, protagonizadas por Patrín García Barrero, una pianista santanderina de 20 años, formada en las aulas de Carra, que se hizo aplaudir por el público y la crítica alemana.

Orquesta de Jóvenes de la República Federal de Alemania

Director: Cristóbal Halffter. Obras de Haendel, Cristóbal Halffter y Mahler.Teatro Real. Madrid, 19, 20 y 21 de abril.

Todo el concierto de la orquesta juvenil alemana occidental fue un prodigio de ejecución e interpretación. Una obra como el bellísimo Réquiem por la libertad imaginada, de Cristóbal Halffter, quedó expuesta con tal detallismo y fantasía que cada pasaje, cada rincón, cada espacio sonoro encontró el punto exacto de equilibrio y coloración. Bien estructurada, la obra halffteriana pudo satisfacer plenamente a su autor-director y al público más remiso.

Tensión expresiva

Halffter logró una tensión expresiva, una introspección en un tempo que, como ya decía Mahler, debe ser el necesario para que todo se escuche bien y se matice en su conjunto de valores.El trabajo -de compositor-director -la primera condición no ensombrece la segunda, sino que la enaltece- se advirtió en el análisis que a ojos vistas se nos dio de la primera sinfonía mahleriana. La gran novedad del autor de La canción de la tierra es quizá la consideración estructural de los timbres. Cuando los temas se exponen -al principio de la partitura- hay que patentizar, antes que el diseño melódico, la calidad tímbrica, el color sinfónico, pues éste nos explicará definitivamente la estructura y la fisonomía narrativa de toda la sinfonía. En la concepción de Halffter, incluso los temas más significativos, en cuanto tales, parecen emerger del clima sonoro.

Ante la prolongación de los aplausos y ¡bravos! la magnífica centuria de instrumentistas y el maestro español interpretaron el intermedio de La boda de Luis Alonso no sólo con perfección y claridad, sino con auténtico garbo. Una jornada de alta música, al margen de divismos y deformaciones profesionales, y uno de los más grandes triunfos de la temporada.

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