Alfonso Sastre: "El teatro en España es una institución muy conservadora"

El escritor vive en Euskadi y considera la marginación social fuente de creación

Se le ha definido como escritor combatiente, agitador teatral y político incansable. Alfonso Sastre es, después de tres décadas, casi un estandarte para toda una generación. Desde hace años vive en Fuenterrabía, Guipúzcoa, donde sigue entregado a lo que definió como literatura siniestra y marginada". Sastre vive una pugna entre su marginación y la conciencia de esa marginación y considera que el distanciamiento social beneficia la creación. Dice Sastre que el teatro en España es una institución muy conservadora.

Hace unos días se acercó a Madrid para intervenir en los encuentros con aut...

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Se le ha definido como escritor combatiente, agitador teatral y político incansable. Alfonso Sastre es, después de tres décadas, casi un estandarte para toda una generación. Desde hace años vive en Fuenterrabía, Guipúzcoa, donde sigue entregado a lo que definió como literatura siniestra y marginada". Sastre vive una pugna entre su marginación y la conciencia de esa marginación y considera que el distanciamiento social beneficia la creación. Dice Sastre que el teatro en España es una institución muy conservadora.

Hace unos días se acercó a Madrid para intervenir en los encuentros con autores que el teatro Español organiza los jueves por la tarde. Allí demostró que Sastre no es un escritor olvidado. Numeroso público charló con él de numerosos aspectos que giraban en torno al mundo del teatro y de la literatura.Sastre insistió rotundamente en la necesidad de aclarar su concepto acerca de lo que es una generación literaria. "Eso de agruparnos a algunos escritores de teatro bajo la denominación degeneración realista es un invento didáctico muy poco afortunado. En general, el concepto de generación, cuando se extrapola, es malo, científicamente malo, si se me permite hablar así. En la práctica ya está suficientemente probado, creo yo, que es, a lo más, una noción de manual. Baroja, al rechazar el concepto de generación del 98, tenía más razón, sin duda, que su amigo Azorín al inventarlo. Por lo demás, situar a un grupo de autores vivos en una generación comporta asignarles un papel histórico, relegarlos al pasado, por muy vivos y coleando que se hallen".

La historia, para Sastre, pertenece a todos. "Me hace mucha gracia cuando oigo decir a algunas personas: 'en mis tiempos...'. Estos tiempos son tan tuyos, o tan ajenos, como para los que hoy son jóvenes. La dialéctica de jóvenes y viejos es una cobertura para desplazar la atención de las verdaderas contradicciones sociales".

En la conversación, el teatro fue el protagonista, y en estos momentos en los que la escena está atrayendo espectadores . como nunca lo había hecho, el fantasma de la Administración se hacía presente. Su respuesta a los teatros públicos o institucionalizados es casi poética. "El teatro, como hemos dicho aquí durante el coloquio en el teatro Español, es una institución muy conservadora. Huir de la institucionalización podría ser una bella tarea. Pero muy dificil. Para mí no cabe duda que lo que se llama independencia es poco más que un grado, más aceptable, desde luego, de dependencia. Eso se puede decir de los Esta dos, si hablamos de política, y de los teatros, o de los periódicos, o de las editoriales, si hablarnos de cultura y de comunicación".

Enriquecimiento cultural

En un momento en el que se habla de crisis y ausencia de autores en nuestro teatro contemporáneo, Sastre piensa que sí que los hay, y hasta muchos y muy notables. Cree que por las obras de autores que ha podido leer, ve que hoy se escribe para el teatro -más bien soñando en el teatro- con gran soltura y suficiente imaginación. Su impresión es que las compañías y los grupos no leen obras de autores nuevos, ya que piensa que hoy se escribe mejor para el teatro.

Las polémicas declaraciones de Jorge Oteiza hablando del paulatino empobrecimiento de la vida cultural en el País Vasco, a Sastre le han parecido arbitrarias. "Creo que Oteiza ha metido en una sola bolsa indeterminada objetivos de sus críticas que tendrían que haber sido muy diferenciados, y ello ha comportado someter a crítica a instancias de izquierdas. Su resentimiento es justificado, pero ha hecho un disparo generalizado y él mismo dibuja su propia soledad. A Oteiza le tengo gran simpatía y somos grandes admiradores de su obra".

En lo últimos años Alfonso Sastre escribe bastante para el teatro, aunque los proyectos miran al exterior. Tragedia fantástica de la gitana Celestina ha sido estrenada en Italia y en las dos Alemanias y con El viaje infinito de Sancho Panza ( una relectura de Don Quijote) el actor italiano Paolo Stoppa desea hacer una gira de despedida por toda Italia. A principio de la temporada que viene se espera el estreno en Madrid de La taberna fantástica, una obra que escribió en el año 1966.

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