Conflictos entre el Gobierno y la magistratura

Guerra se reafirma en sus críticas al Tribunal Constitucional

El vicepresidente del Gobierno, Alfonso Guerra, se ratificó ayer en el Pleno del Congreso en sus declaraciones efectuadas el martes, según las cuales habría que poner en marcha "la máquina de hacer indultos" si la sentencia del Tribunal Constitucional sobre la ley despenalizadora del aborto fuera desfavorable para el Gobierno. Esta ratificación fue provocada por el portavoz del Grupo Popular, Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón, que logró modificar el orden del día.

Todos los grupos parlamentarios apoyaron el cambio. Miguel Herrero quería exactamente oir del presidente del Gobierno, Fel...

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El vicepresidente del Gobierno, Alfonso Guerra, se ratificó ayer en el Pleno del Congreso en sus declaraciones efectuadas el martes, según las cuales habría que poner en marcha "la máquina de hacer indultos" si la sentencia del Tribunal Constitucional sobre la ley despenalizadora del aborto fuera desfavorable para el Gobierno. Esta ratificación fue provocada por el portavoz del Grupo Popular, Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón, que logró modificar el orden del día.

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Todos los grupos parlamentarios apoyaron el cambio. Miguel Herrero quería exactamente oir del presidente del Gobierno, Felipe González, si éste compartía las opiniones del vicepresidente publicadas ayer en los medios de comunicación. Alfonso Guerra recordó en esas declaraciones a un grupo de periodistas las leyes aún pendientes en el Tribunal Constitucional a la espera de sentencia. "¿Cómo es posible que 12 señores no elegidos por el pueblo tengan paradas las reformas más importantes de un Gobierno", dijo textualmente Guerra.Miguel Herrero formuló su pregunta dando por supuesto que en las declaraciones del vicepresidente se contenían, intenciones de modificar el orden constitucional y de coaccionar a los magistrados. "Afirmo que todo lo que he dicho lo sostengo, no lo que usted dice que he dicho", contestó Guerra.

El Gobierno lo soporta

El hecho de que fuera el propio vicepresidente el que respondiera -decisión acogida con aplausos desde los bancos, socialistas- y no el presidente del Gobierno, fue mal acogido por Herrero. "El señor Guerra habla alegremente y dice dislates y el propio presidente no le apoya ni muestra su solidaridad; esto puede interpretarse como que el Gobierno soporta al vicepresidente, pero no es capaz de asumir públicamente lo que éste dice", interpretó Herrero. En los pasillos, el portavoz conservador realizó otra lectura del silencio de Felipe González. En su opinión, además de una supuesta falta de apoyo a Guerra, podría deducirse que el Gobierno "piensa modificar el orden constitucional".

Como quiera que el portavoz conservador acusó al vicepresidente de coaccionar a los magistrados del Tribunal Constitucional, Guerra le respondió que si alguien coaccionaba estaba precisamente sentado al lado suyo, "además de otras coacciones como son las campañas de algún periódico reaccionario que estos días hablaba del aborto", dijo Guerra. Herrero de Miñón anunció en los pasillos nuevas iniciativas parlamentarias para abordar esta cuestión. Se refería, sin duda, a una interpelación y posterior moción.

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