Vender al ritmo de una rumba tropical
Entre los anuncios contenidos en Guía comercial-Nostalgia de la publicidad musical de los años 30, 40 y 50 hay bastante variedad, pues, aunque predominan los pasodobles y los chotis -el anuncio de la radio era género castizo-, se encuentran también valses, corridos mejicanos y hasta rumbas tropicales, modalidad esta última que resultaba la mar de apropiada para los anuncios de café, si bien también se utiliza -y con un acento negroide que da énfasis especial a los resultados- para hacer publicidad de galletas.Entre el contenido hay algunos anuncios que constituyen auténticos hits en la ...
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Entre los anuncios contenidos en Guía comercial-Nostalgia de la publicidad musical de los años 30, 40 y 50 hay bastante variedad, pues, aunque predominan los pasodobles y los chotis -el anuncio de la radio era género castizo-, se encuentran también valses, corridos mejicanos y hasta rumbas tropicales, modalidad esta última que resultaba la mar de apropiada para los anuncios de café, si bien también se utiliza -y con un acento negroide que da énfasis especial a los resultados- para hacer publicidad de galletas.Entre el contenido hay algunos anuncios que constituyen auténticos hits en la música popular española, como el de Okal es lenitivo del dolor y el pasacalles Carmena se llama el sastre.
Algunos anuncios se dieron a conocer también a través del cine, como los de las hojas de afeitar -Palmera, de los que la antología recoge nada menos que cuatro. Otras tres marcas más de hojas aparecen en la recopilación, de lo que puede deducirse que estos productos estaban entre los más anunciados en los comienzos de la publicidad.
Comercios como la joyería Alegre utilizaron, además de un chotis, una composición al ritmo del fox-trot para vender las excelencias de sus joyas.
También recoge el album anuncios de cremas -Famos, Nievina-, insecticidas -Orión y el mortífero DDT Chas-, productos farmacéuticos -Okal, Veramón y Tiritas-, bebidas con y sin alcohol -el célebre mosto Vitamín-, productos agrícolas, las muñecas Gisela y Pichuca, paraguas, guantes, y hasta un somier, patrióticamente denominado Numancia.