Cartas al director

Lojendio y Cuba

En las líneas finales de la entrevista que realizó usted a Fidel Castro y que publicó su diario el pasado día 20 alude a mi padre en términos que me obligan a escribirle esta carta.En primer lugar, los hechos que usted cita ocurrieron en 1960, y no en 1962. En segundo lugar, he de decirle que mi padre nunca fue falangista; había ingresado en el Servicio Exterior en 1930 y no ejerció más actividad que la profesional con posterioridad a la guerra civil.

Hasta aquí los errores, intencionados o no. Lo que me impele, sin embargo, a escribirle es el calificativo de...

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En las líneas finales de la entrevista que realizó usted a Fidel Castro y que publicó su diario el pasado día 20 alude a mi padre en términos que me obligan a escribirle esta carta.En primer lugar, los hechos que usted cita ocurrieron en 1960, y no en 1962. En segundo lugar, he de decirle que mi padre nunca fue falangista; había ingresado en el Servicio Exterior en 1930 y no ejerció más actividad que la profesional con posterioridad a la guerra civil.

Hasta aquí los errores, intencionados o no. Lo que me impele, sin embargo, a escribirle es el calificativo de amigo de la dialéctica de los puños, que usted atribuye a mi padre. Siento decirle que nunca fueron esos sus modos ni su talante.

Con ese espíritu que mi padre me transmitió, le envío esta pacífica réplica, que dudo sea frecuente si acostumbra usted a utilizar, como esta vez, la invectiva violenta e insultante.

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Con el ruego de su publicación, le saludo atentatamente.-

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