ANDALUCÍA

La Junta paraliza las obras de un aparcamiento en Córdoba donde se han encontrado yacimientos romanos

La Junta de Andalucía, como medida cautelar en defensa del patrimonio histórico-artístico de Córdoba, paralizó ayer las obras de un aparcamiento subterráneo que, con licencia municipal, realiza la empresa catalana Saba en la céntrica avenida del Gran Capitán. El día anterior, los trabajos habían quedado bloqueados de hecho por alumnos de la facultad de Filosofía y Letras. Acompañados de profesores y lanzando globos de colores y cohetes de papel, tomaron una de las zanjas abiertas, en la que las palas excavadoras habían arrasado parte de un mosaico romano, un trozo de escultura y piezas de cerá...

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La Junta de Andalucía, como medida cautelar en defensa del patrimonio histórico-artístico de Córdoba, paralizó ayer las obras de un aparcamiento subterráneo que, con licencia municipal, realiza la empresa catalana Saba en la céntrica avenida del Gran Capitán. El día anterior, los trabajos habían quedado bloqueados de hecho por alumnos de la facultad de Filosofía y Letras. Acompañados de profesores y lanzando globos de colores y cohetes de papel, tomaron una de las zanjas abiertas, en la que las palas excavadoras habían arrasado parte de un mosaico romano, un trozo de escultura y piezas de cerámica.

En espera de que la decisión de la junta se hiciese efectiva, las máquinas, no obstante, continuaron trabajando durante la mañana de ayer, tal como han venido haciendo en las últimas fechas, a pesar del pacto acordado a comienzos del pasado mes de noviembre entre el alcalde, Julio Anguita, y el consejero de Cultura, Javier Torres Vela.Dicho acuerdo permitía el de sarrollo de los trabajos de exploración de un equipo de la Dirección General de Arqueología para conocer la transcendencia de los yacimientos hallados: un muro árabe, mosaicos y esculturas de la época romana tardía, varios cientos de monedas de Constantino, y numerosas muestras de cerámica.

Con dos socavones abiertos ya, de 7.000 metros cúbicos de excavación en su conjunto, la continuidad de los trabajos representaba una amenaza para el desarrollo de las exploraciones arqueológicas, tanto en la primera como en la segunda zanja, a punto ya de unirse.

La preocupación de los arqueólogos se trasladó a sectores de la universidad y derivó en lo que el ingeniero jefe de la empresa constructora, Mariano Martín, calificó como "la invasión" estudiantil, de la propiedad. Martín presentó denuncia en el juzgado de guardia y solicitó, sin resultado, la intervención de la fuerza pública.

El proyecto en cuestión, aprobado por el pleno municipal el pasado mes de marzo, prevé la construcción de un aparcamiento subterráneo con una capacidad para 450 plazas y un presupuesto de 234 millones de pesetas. Las obras comenzaron en los últimos días de junio, y escasas fechas después aparecieron los primeros restos arqueológicos.

Desde entonces ha surgido una polémica institucional y ciudadana que abre ahora un nuevo y definitivo capítulo. El mencionado representante de la empresa aseguraba que el verdadero conflicto comienza ahora. Los excesos de costes y las oportunas indemnizaciones deberán encontrar un responsable entre la Junta, el ayuntamiento o la empresa. "Cada hora de trabajo paralizado", señalaba Mariano Martín, "Saba pierde 20.000 pesetas".

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Por su parte, el alcalde, Julio Anguita, insistía en que el gobierno municipal sigue manteniendo firme la voluntad de seguir adelante con el proyecto. "Nosotros acatamos respetuosamente la decisión de cualquier autoridad superior", dice Anguita, "pero esa autoridad superior deberá razonar sus decisiones y asumir las consecuencias."

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