Mondale califica de 'mentira' la estrategia nuclear de Reagan

La campaña presidencial estadounidense, cuyo desenlace final llegará con el voto del próximo 6 de noviembre, centra esta semana sus temas en los asuntos de política exterior, como paso previo al segundo debate televisado que celebrarán el próximo domingo, en Kansas City, el actual presidente de EE UU, el republicano Ronald Reagan, y su contrincante demócrata, Walter Mondale, quien ha calificado la estrategia nuclear de su contrincante de "mentira".Las relaciones entre Estados Unidos y la Unión Soviética -en su vertiente concreta de las armas nucleares-, los recientes atentados ocurridos en Líb...

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La campaña presidencial estadounidense, cuyo desenlace final llegará con el voto del próximo 6 de noviembre, centra esta semana sus temas en los asuntos de política exterior, como paso previo al segundo debate televisado que celebrarán el próximo domingo, en Kansas City, el actual presidente de EE UU, el republicano Ronald Reagan, y su contrincante demócrata, Walter Mondale, quien ha calificado la estrategia nuclear de su contrincante de "mentira".Las relaciones entre Estados Unidos y la Unión Soviética -en su vertiente concreta de las armas nucleares-, los recientes atentados ocurridos en Líbano contra instalaciones estadounidenses y la situación en Centroamérica son el eje de los grandes asuntos internacionales sobre los que Reagan y Mondale tienen visiones diferentes.

Al atacar los planes de desarrollo de nuevas armas espaciales, previstos por la actual Administración Reagan, el candidato demócrata a la presidencia, Mondale, dijo que la estrategia del presidente Reagan es "una mentira". Durante una intervención radiofónica que tuvo el pasado fin de semana -a ejemplo de Ronald Reagan, que cada sábado envía su mensaje a través de las ondas-, Walter Mondale describió así los planteamientos del actual presidente en materia de armas: "Si hay posibilidad de llegar a un acuerdo de control de armamentos, Reagan se opone; sí existe un arma peligrosa, la compra; si el Pentágono quiere un cheque en blanco, lo firma".

Mondale definió las nuevas propuestas de la Administración Reagan para desarrollar las futuras armas espaciales (entre ellas los satélites antimisiles) como una mentira, alegando que la creación de estos armamentos sólo dará paso a una nueva escalada. Citó como ejemplo la reciente decisión de la Unión Soviética de fabricar también misiles de crucero, a ejemplo de los que ya son operativos en Estados Unidos. Como alternativa a la interminable carrera de armamentos, Mondale y el Partido Demócrata proponen negociaciones para una reducción y un control verificable de las armas nucleares, centrando parte de su campaña en los riesgos que representa para la sociedad estadounidense, y para la humanidad en general, la amenaza de una guerra nuclear.

Reagan replicó indirectamente que un segundo período de gobierno suyo será más flexible y que Estados Unidos no pretende cambiar el modelo soviético de sociedad, según unas declaraciones que publica esta semana el semanario US-News and World Report.

Si el capítulo de las relaciones Este-Oeste será uno de los platos fuertes del debate del próximo domingo, se espera que la política de Reagan en Oriente Próximo tenga también un papel preponderante en la campaña. Mondale reprocha a Reagan su "falta de liderazgo", alegando que debía haber previsto la repetición de atentados terroristas (tres en total) contra instalaciones de EE UU en Líbano.

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También pueden esperarse serias discrepancias en torno a Centroamérica, donde Reagan continúa defendiendo el intervencionismo contra el régimen sandinista de Nicaragua, y los demócratas son más favorables al diálogo, aunque no excluyen la intervención armada como último recurso.

El debate del domingo deberá mostrar si Reagan es capaz de borrar la imagen de duda que transmitió durante el primer debate televisado del pasado día 7, en Louisville, donde Walter Mondale salió vencedor, aunque su victoria no incide en los sondeos de popularidad de Reagan, que continúa avanzando en 16 puntos a su rival demócrata en las preferencias del electorado norteamericano a la hora de determinar, según los sondeos, cuál será el próximo presidente de los Estados Unidos para los próximos cuatro años.

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