Empieza en Perú el juicio por el asesinato de ocho periodistas
Veinte meses después de producirse la matanza comenzó ayer, ante el Tribunal Superior de la región peruana de Ayacucho, el juicio contra los campesinos de la pequeña aldea andina de Uchuraceay acusados de asesinar a sangre fría, el pasado 26 de enero de 1983, a pedradas y machetazos, a ocho reporteros y fotógrafos de varios diarios de Lima por razones que aún permanecen envueltas por las sombras Ministerio.
El juicio, presidido por el juez Hermenegildo Ventura, tratará de conocer las razones por las que los campesinos acabaron con la vida de los ocho informadores, y si éstos previam...
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Veinte meses después de producirse la matanza comenzó ayer, ante el Tribunal Superior de la región peruana de Ayacucho, el juicio contra los campesinos de la pequeña aldea andina de Uchuraceay acusados de asesinar a sangre fría, el pasado 26 de enero de 1983, a pedradas y machetazos, a ocho reporteros y fotógrafos de varios diarios de Lima por razones que aún permanecen envueltas por las sombras Ministerio.
El juicio, presidido por el juez Hermenegildo Ventura, tratará de conocer las razones por las que los campesinos acabaron con la vida de los ocho informadores, y si éstos previamente se habían identificado como periodistas, por lo que se derrumbaría una de las posibles razones esgrimidas por la comisión gubernamental creada por expresa orden del presidente peruano, Fernando Belaúnde Terry, que señalaba que los campesinos confundieron a los reporteros con terroristas del grupo de tendencia maoísta Sendero Luminoso.Tres de los vecinos de Uchuraccay, Dionisio Morales, Simeón Aucatoma y Mauro Concepción Cesanni, son los únicos acusados, pues otros 17 campe sinos inculpados también en el asesinato, pese a todas las requisitorias para que se presentaran ante el tribunal, permanecen huidos de Uchuraccay, localidad de apenas una decena de casas perdidas en las alturas andinas de Ayacucho, que es hoy, después de la matanza, un pueblo fantasma del que han ido desapareciendo sus habitantes.
Otros testigos del asesinato, como el teniente gobernador del poblado, Fortunato Gavilán, se encuentran en paradero desconocido. También la mujer de Gavilán, que supuestamente dirigió la operación, ha sido dada por muerta durante una incursión atribuida a Sendero Luminoso.
En el banquillo de los testigos comparecerán altos jefes como el general Clemente Noel y Moral, jefe del Comando Político Militar, encargado de la lucha antiguerrillera en la región de Ayacucho. El acusador público, Juan Cravero, confía en que la vista aclare dudas y que llegue "al fondo de lo ocurrido, pese. a las irregularidades producidas durante la investigación".
Hasta ahora, el informe de la comisión investigadora independiente constituye la principal reconstrucción de lo que pudo haber ocurrido en Uchuraccay.
El informe, elaborado por el escritor Mario Vargas Llosa, el jurista Abraham Figueroa y el decano del Colegio de Periodistas de Perú, Mario Castro Arenas, señala la "convicción absoluta" de que la matanza fue "responsabilidad compartida" de todos los habitantes del poblado, que confundieron a los periodistas con terroristas.
Meses después de que la comisión Vargas Llosa concluyera su informe fue hallada la cámara de uno de los fotógrafos muertos, Willy Retto. Al revelarse el carrete que contenía, quedó demostrado que los periodistas habían hablado con los campesinos antes de ser atacados.
Días después de la matanza, los ocho cadáveres semidesnudos de las ocho víctimas -José Mendívil, Eduardo de la Piniella, Willy Retto, Jorge Sedano, Rodrigo Infante, Pedro Sánchez, Amador García y Felipe Gavilán- fueron encontrados en una fosa común terriblemente mutilados. Sólo los restos de Juan Argumedo, guía de la expedición de periodistas, no han sido todavía hallados.
Bajas senderistas
Por otra parte, 32 presuntos miembros del grupo maoísta Sendero Luminoso y un miembro de las fuerzas de seguridad resultaron muertos los pasados días 22 y 24 del presente mes en el departamento peruano de Ayacucho, según informó el pasado jueves un portavoz del Comando Político Militar, encargado de la lucha antisubversiva.