Tribuna:

Guerra de guerrillas contra las realizaciones

La bolsa vive un profundo compás de espera que, de alguna forma, se ve agravado por el ambiente estival propio de estas fechas. El dinero no acude al mercado y las pocas cantidades que se deciden a entrar en él se encuentran con la inexistencia de papel. Aquellos que han comprado antes no quieren vender ahora porque, en definitiva, todos o casi todos han apostado por la continuación de la tendencia alcista.Por lo menos la bolsa ha demostrado que mantiene su fuerte nivel de resistencia, factor que le ha permitido aguantar las realizaciones de beneficios en la primera jornada de la tanda semanal...

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La bolsa vive un profundo compás de espera que, de alguna forma, se ve agravado por el ambiente estival propio de estas fechas. El dinero no acude al mercado y las pocas cantidades que se deciden a entrar en él se encuentran con la inexistencia de papel. Aquellos que han comprado antes no quieren vender ahora porque, en definitiva, todos o casi todos han apostado por la continuación de la tendencia alcista.Por lo menos la bolsa ha demostrado que mantiene su fuerte nivel de resistencia, factor que le ha permitido aguantar las realizaciones de beneficios en la primera jornada de la tanda semanal y, posteriormente, ir ganando poco a poco el nivel perdido. En esas condiciones, la cota alcanzada el viernes, que superó en cuatro centésimas a la del viernes anterior, no deja de ser una pequeña hazaña.

Pero el juego bursátil está muy trabado. Los mínimos volúmenes de contratación impiden a muchos operadores acercarse al parqué y, en definitiva, actuar a la baja o al alza. Bastante dificil es ya en estos momentos poder casar operaciones.

Este impasse, según muchos expertos, no puede tener su explicación solamente en el hecho de que muchos inversores hayan comenzado sus vacaciones. Hay algo más. Aquí entraría la espera a que se resuelvan determinadas incertidumbres que influyen negativamente en la bolsa.

En primer lugar, influyen las aún no despejadas incógnitas de las próximas negociaciones para alcanzar la concertación social. Después, los rumores sobre importantes y significativos cambios en la política económica gubernamental, y esto a pesar de algunos desmentidos por parte de responsables del área económica del Ejecutivo. Finalmente, las incertidumbres fiscales sobre los activos financieros, que han llevado a los inversores a retirar en los últimos días importantes cantidades de dinero de las entidades bancarias.

La bolsa, en principio, debe convertirse en la receptora de ese dinero miedoso, pero por el momento eso no ha ocurrido y será necesario esperar a que se tranquilicen las aguas para poder registrar una evolución positiva en ese terreno.

El descenso de los tipos de interés y la menor retribución a los pagarés del Tesoro, que en la última subasta descendió casi medio punto para situarse al 13,560% a 12 meses, deben servir como orientación a muchos inversores. Bastantes títulos de renta variable, especialmente eléctricos, ofrecen ya rendimientos varios puntos por encima de otros activos.

En estas condiciones, la bolsa puede mantenerse aún en la atonía y desinterés de estos momentos durante varias jornadas, pero bastantes expertos apuestan por un mes de agosto presidido por los avances en casi todos los corros.

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