Las lentes intraoculares, una técnica que se está abriendo paso en España

Los operados de cataratas recuperan con esta prótesis permanente las funciones del cristalino

Aunque las cifras sean tan desalentadoras, 1983 ha sido el año en que más lentes intraoculares se han puesto en nuestro país, y los implantólogos esperan que sea también el que marque el despegue de esta técnica. Como indica el doctor Murube, jefe del servicio de oftalmología del Centro Ramón y Cajal, de Madrid, y catedrático de la Universidad de Alcalá, "hasta ahora había una gran resistencia por parte de los operados de cataratas a ponerse lentes intraoculares, pero desde hace aproximadamente un año son ellos quienes las piden".También el doctor José Luis Menezo, jefe del servicio de oftalmo...

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Aunque las cifras sean tan desalentadoras, 1983 ha sido el año en que más lentes intraoculares se han puesto en nuestro país, y los implantólogos esperan que sea también el que marque el despegue de esta técnica. Como indica el doctor Murube, jefe del servicio de oftalmología del Centro Ramón y Cajal, de Madrid, y catedrático de la Universidad de Alcalá, "hasta ahora había una gran resistencia por parte de los operados de cataratas a ponerse lentes intraoculares, pero desde hace aproximadamente un año son ellos quienes las piden".También el doctor José Luis Menezo, jefe del servicio de oftalmología de la Ciudad Sanitaria La Fe, de Valencia, ha advertido este reciente cambio de actitud. "Al principio me costó mucho", dice, recordando sus comienzos hace ocho años, "porque había bastante oposición por parte de los pacientes y demasiadas reticencias entre los colegas, que decían: 'Vosotros ponedlas, que ya las sacaremos nosotros', y todavía hoy continúa este escepticismo por parte de muchos oftalmólogos".

El doctor Menezo es miembro fundador de la Sociedad Europea de Implantes Intraoculares y quien más lentes de este tipo ha colocado en nuestro país, donde trabaja desde hace ocho años en esta línea, que, "para nosotros es una técnica de rutina que aplicamos al 80% de los operados de ca, taratas. Hasta ahora hemos puesto más de 1.500".

La polémica existente entre los mismos oftalmólogos sobre. las lentes intraoculares se debe, en su opinión, a la dificultad que entraña dominar las técnicas de implante, lo que explica también el escaso número de especialistas que hay en nuestro país - 19 en total- y hace afirmar al doctor Menezo que "esto es como las uvas: que están verdes para muchos".

Un método totalmente nuevo

"Se trata", insiste Menezo, "de una técnica totalmente nueva, diferente, que implica cambiar por completo el sistema que habíamos aprendido. Es como un ordenador en el que hay que borrar todos los datos e introducir otros distintos". Por eso, según el doctor Murube, "empieza a surgir un especialista de segunda generación que prácticamente sólo pone este tipo de lentes".

Las lentes intraoculares se colocan en el lugar del cristalino, al que sustituyen cuando el proceso de envejecimiento lo vuelve opaco impidiéndole realizar su función, que consiste básicamente en centrar los rayos de luz y proyectarlos en la retina, como si se tratara de una lupa. Cuando se ha traspasa do el umbral de los 50 años, el cristalino envejece y va perdiendo transparencia. Al no dejar pasar la luz se pierde paulatinamente la visión, y el proceso podría degenerar en ceguera si no se recurriera a las intervenciones quirúrgicas.

Uno de los primeros síntomas ,de cataratas, que es el nombre que se da a esta opacidad del cristalino, es el que advierten los conductores de más de 60 años cuano ven que las luces de los automóviles que circulan en dirección contraria se desfiguran en haces luminosos que impiden concentrar la visión.

También los practicantes de determinados deportes que requieren agudeza visual son especialmente sensibles a la hora de advertir la progresiva opacidad del cristalino, cuando notan que comienzan a fallarles alternativamente los reflejos de cada ojo. No obstante, las cataratas pueden producirse también en edades tempranas, como consecuencia de enfermedades profesionales o genéticas.

Tras la operación de cataratas, que consiste en la extracción del cristalino, la capacidad visual queda reducida. Por eso, con excepción de las miopías altas (de más de 12 dioptrías), que tras la operación de cataratas recuperan prácticamente la visión, en el resto de los casos se hace necesario reemplazar el cristalino extraído con alguna lente que realice su función.

Una operación de media hora

Las lentes intraoculares permiten sustituir al cristalino en el mismo lugar en que estaba situado, fijándolo con dos diminutas asas, que le proporcionan elasticidad para acompañar los movimientos del iris (la parte coloreada del ojo).

La operación de implantación de lentes intraoculares dura aproximadamente media hora. Para realizarla se dilata la pupila al máximo y se aplica anestesia. Tras efectuar el corte, con ayuda de un microscopio con iluminación especial, con el que se lleva a cabo toda la operación, se extrae el cristalino deteriorado y en su lugar se introduce la lente intraocular sintética, en la cámara anterior o posterior del ojo, fijándola con las pequeñas asas, tras lo cual se aplican los puntos de sutura.

Existen tres tipos de lentes intraoculares: de cámara anterior, de cámara posterior y de fijación de iris. Esta última ha sido prácticamente abandonada, por quedarse obsoleta, y tan sólo se utiliza en algunos casos de traumatismo, cuando ha habido grandes destrozos en el ojo y no hay donde fijarla.

Ventajas sobre las lentillas

Las preferidas por los especialistas son las de cámara posterior, que "son totalmente inocuas y sólo tienen problemas en manos de personas inexpertas", en opinión de Menezo, que sólo las pone de este tipo, "con excepción de casos especiales, como personas de mucha edad o asmáticos, que requieren una cirugía hecha en 10 minutos".

La única alternativa que compite con las lentes intraoculares es la de las lentes de contacto, aunque, según afirma José Luis Menezo, las primeras presentan muchas ventajas sobre las lentillas, sobre todo en el caso de personas mayores con temblores en las manos, en los operados de cataratas en un solo ojo, así como en los astigmatismos que se producen en algunas operaciones de cataratas, para los que es muy dificil la adaptación de lentes de contacto, y fundamentalmente en cataratas traumáticas, a lo que hay que añadir los casos de intolerancia a las lentillas. Pero la suprema ventaja es, en palabras del doctor Menezo, que "con ellas se vuelve a ver como antes, porque están implantadas en el mismo lugar que el cristalino".

Aunque su desarrollo se realizó fundamentalmente en Europa, en la actualidad la mayor parte de los fabricantes que suministran lentes intraoculares al mercado español son multinacionales norteamericanas. El precio es similar al de las lentes de contacto.

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