CINE

Tres mujeres en huelga

Para celebrar el aniversario del colegio en el que estudiaron, un grupo de amigas vuelve a reunirse. Ninguna es ya aquella niña divertida de la foto escolar. Casadas, madres, separadas o solteras, su vida es ya muy otra: quizá ninguna se había dado cuenta del lógico cambio que el tiempo operó sobre ellas hasta que, reencontradas, reviven aquella vieja complicidad que las defendía de las profesoras, la familia o los deberes.Tres de esas alumnas eran especialmente amigas. Acabada la comida oficial, siguen reunidas, escudriñándose mutuamente, camuflando alguna debilidad, pero seguras en el antig...

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Para celebrar el aniversario del colegio en el que estudiaron, un grupo de amigas vuelve a reunirse. Ninguna es ya aquella niña divertida de la foto escolar. Casadas, madres, separadas o solteras, su vida es ya muy otra: quizá ninguna se había dado cuenta del lógico cambio que el tiempo operó sobre ellas hasta que, reencontradas, reviven aquella vieja complicidad que las defendía de las profesoras, la familia o los deberes.Tres de esas alumnas eran especialmente amigas. Acabada la comida oficial, siguen reunidas, escudriñándose mutuamente, camuflando alguna debilidad, pero seguras en el antiguo afecto que ahora, de pronto, cobra nueva fuerza. Y como en los tiempos de la infancia, deciden hacel novillos de la familia, del trabajo, de la costumbre.

Guión y dirección: Anja Breien

Fotografia: Halvor Maess y Nils Raknerud. Sonido: Tom Gudersen y Leif ErIsboe. Intérpretes: Anne Marie Ottersen, Katja Medboe, Froydis Armand, Noste Schwab.Comedia. Noruega, 1975. Local de estreno: Bellas Artes. Madrid.

Vivirán juntas durante horas una inocente experiencia. A nadie dirán dónde están tomarán copas, coquetearán con algunos hombres abordándolos en plena calle con un descaro que sorprende a todos, incluso a ellas mismas, y realizarán un pequeño viaje por el lago, felices de la clandestinidad, de sentirse independientes, libres, nuevas.

Las esposas es una sensible y curiosa película noruega de 1975. El tiempo transcurrido no ha arruinado su vitalidad. Si el planteamiento de la directora Anja Breien hubiera sido sólo el de defender la libertad de la mujer frente al dominio del varón, quizá hubiera envejecido en estos años; su enfoque, sin embargo, fue más profundo. La angustia de las tres protagonistas del sencillo cuento nace por cuestiones también comunes a muchos hombres, tengan o no conciencia de ello. Sus frustraciones surgen de la inferioridad social a que se las somete, pero asimismo de su propio envejecimiento (espléndida la secuencia de la sauna), de la infancia perdida, del desencanto al comparar la realidad de hoy con los olvidados sueños de entonces.

Fue premiada Las esposas en los festivales de Locarno y Chicago y, sin embargo, sólo hasta hoy ha sido posible su exhibición en España, y aún lo hace con temor en una sola sesión diaria por la tarde. Sin actrices conocidas, aunque sean admirables; sin publicidad previa; sin ayudas, aunque, eso sí, con muy mala copia, la timidez de su lanzamiento puede hacerla pasar inadvertida. Sería injusto.

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