Problemas financieros y las dudas holandesas sobre los euromisiles provocan momentos de tensión en el seno de la OTAN

Ayer se produjo en la OTAN lo que fuentes atlánticas calificaron de "resquebrajamiento" por razones de dinero y de misiles. Holanda y su indecisión ante el despliegue de 48 euromisiles en su territorio, se convirtió en el centro de duras críticas en la sesión restringida del Comité de Planes de Defensa (DPC) de la OTAN, que reúne a todos los ministros del ramo, salvo el de Francia. La tónica general de esta primera jornada fue una división de la OTAN en torno al nivel de gastos asociados con los proyectos de infraestructura de la Alianza para el próximo quinquenio.

"Nos sentimos incómod...

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Ayer se produjo en la OTAN lo que fuentes atlánticas calificaron de "resquebrajamiento" por razones de dinero y de misiles. Holanda y su indecisión ante el despliegue de 48 euromisiles en su territorio, se convirtió en el centro de duras críticas en la sesión restringida del Comité de Planes de Defensa (DPC) de la OTAN, que reúne a todos los ministros del ramo, salvo el de Francia. La tónica general de esta primera jornada fue una división de la OTAN en torno al nivel de gastos asociados con los proyectos de infraestructura de la Alianza para el próximo quinquenio.

"Nos sentimos incómodos ante lo que ocurre en Holanda y en Dinamarca", manifestó una fuente de la OTAN, pues "abre brechas en la solidaridad política de la Alianza" Holanda no ha tomado aún una decisión final sobre el despliegue de los misiles que le corresponde por la doble decisión de la OTAN de 1979. El Gobierno de coalición democristiano-liberal de La Hay puede no encontrar la mayoría suficiente en el Parlamento, al estar dividido el Partido Cristianodemócrata. El ministro holandés de Defensa, Jacob de Ruiter, no dio garantías de que su Gobierno logrará imponer una decisión a favor del despliegue de los misiles.

Reunión "más que tensa"

Fue una reunión "más que tensa", según un diplomático holandés, pues las presiones se ejercieron por doquier, y principalmente por parte alemana occidental, británica, italiana y norteamericana. El ministro italiano, Giovanni Spadolini, dejó clara su preocupación ante la posibilidad de que el caso holandés rebote sobre las opiniones públicas de otros países, especialmente aquellos donde ya ha comenzado el despliegue de estos cohetes. En 1979, la OTAN decidió desplegar 572 misiles de crucero y Pershing 2 entre 1983 y 1988 en la RFA, el Reino Unido, Italia, Holanda (a partir de 1986) y Bélgica. Estos dos últimos países aún no han tomado una decisión definitiva sobre el tema.

"Se trata de una preocupación política, no militar, y una renuncia holandesa puede abrir la vía a una nueva iniciativa política de los soviéticos para separar a Europa de Estados Unidos", señaló Spadolini, en una tesis refrendada por su homólogo alemán, Manfred Woerner, y por el secretario general saliente de la OTAN, Joseph Luns. Holanda debe tomar en principio su decisión en junio, y últimamente en La Haya se han formulado varias alternativas: retrasar la decisión, desplegar sólo parte de los 48 misiles de crucero o desplegarlos sólo en caso de crisis.

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También preocupa la situación de Dinamarca, cuyo Parlamento ha bloqueado fondos destinados a financiar los proyectos de infraestructura de estos misiles. Tanto Grecia como Dinamarca harán constar una vez más sus reservas formales sobre este tema en el comunicado final con el que hoy concluirá esta reunión. España, como ya es habitual, mantendrá su reserva formal a la globalidad del texto.

Desacuerdos financieros

El resquebrajamiento se produjo asimismo en la discusión sobre los proyectos de infraestructura financiados por la OTAN con las contribuciones de los Estados miembros. Éstos son programas que afectan a las bases logísticas y aéreas y a la protección de los depósitos de armamento.

Para los años 1985-1990, los mandos militares de la OTAN piden un nivel de gastos equivalente a 2,2 billones de pesetas, es decir, cinco veces más que para el quinquenio anterior. Acosada por sus propios problemas presupuestarios, la RFA no quiere que se apruebe más de un total de 0,9 billones de pesetas. Estados Unidos se encuentra a medio camino. No se tomó ninguna decisión, aunque la discusión fue larga.

Los belgas consiguieron, por otra parte, reducir su participación en estos gastos de infraestructura de un 5,6% a un 4,6%. Aunque el Reino Unido protestó por el recargo que esta rebaja a Bélgica le supondrá en su propia cuota, asumió el acuerdo que, en definitiva, gravará fundamentalmente las aportaciones, de, Estados Unidos y la República Federal de Alemania.

Estados Unidos, con un 17,5% la RFA, con un 26,5%, y el Reino Unido, con un 12,7%, son los países que más contribuyen a estos gastos. España no forma parte de la estructura militar integrada en la OTAN y no contribuye, pues, a este presupuesto. Tan intensa fue la discusión, que Richard Perle, subscretario norteamericano de prensa, suspendió la conferencia informativa que tenía prevista para ayer por la tarde.

Los ministros aprobaron los objetivos nacionales de fuerzas para los próximos seis años, pero debido al retraso de los debates, no, tuvieron tiempo de abordar el papel que pueden desempeñar las tecnologías emergentes en el campo de las armas convencionales para reducir la dependencia en las nucleares.

Objetivos nacionales de fuerzas

En principio, el DPC debe aprobar mañana una primera lista de siete nuevos sistemas de armas (radar, municiones ... ) que no resultan problemáticos para la discusión sobre la estratregia y táctica defensiva de la Alianza.

La RFA, al parecer secundada por el resto de los países, pide que se elabore un marco conceptual militar sobre las nuevas armas antes de tomar decisiones. La RFA se encuentra en la primera línea del frente central.

En cuanto a la cooperación transatlántica en la compra y venta de armamentos, los europeos afirman que tienen un programa concreto de investigación y desarrollo en el campo armamentista, pero encuentran ciertas dificultades para traducirlo a un proyecto en el que participe Estados Unidos. Hubo sin embargo una gran insistencia europea, e incluso al parecer española, en este tema.

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