Muerte de un aristócrata de las letras hispánicas

Un hombre ambiguo

Manuel Mujica Laínez nació en Buenos Aires el 11 de septiembre de 1910, en una casona señorial de uno de los barrios altos de la ciudad, en el seno de una familia vinculada a la sociedad más opulenta y poderosa del momento. Su infancia transcurrió rodeado de mujeres -su madre y sus tías- preocupadas exclusivamente por la salud del niño, afectada desde el accidente que sufrió a los cuatro años y que le tuvieron un año postrado en la cama.Las dificultades económicas del padre, un conocido terrateniente, hicieron que la familia se trasladara a vivir a París (en aquellos años, la vida en París era...

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Manuel Mujica Laínez nació en Buenos Aires el 11 de septiembre de 1910, en una casona señorial de uno de los barrios altos de la ciudad, en el seno de una familia vinculada a la sociedad más opulenta y poderosa del momento. Su infancia transcurrió rodeado de mujeres -su madre y sus tías- preocupadas exclusivamente por la salud del niño, afectada desde el accidente que sufrió a los cuatro años y que le tuvieron un año postrado en la cama.Las dificultades económicas del padre, un conocido terrateniente, hicieron que la familia se trasladara a vivir a París (en aquellos años, la vida en París era más barata que en Buenos Aires).

En la capital francesa, el niño estudió en los mejores colegios. Fue en este país donde el todavía niño escribió, en francés, una biografía de Luis XVII, en la que reflejaba todo el esplendor de Versalles.

Mujica Láinez estaba casado con Ana de Alvear y tenía dos hijos a los que sólo tomó cariño, cuando fueron grandes, cuando fueron personas", dijo en una ocasión.

De su extensa tarea literaria se recuerdan La casa, Misteriosa Buenos Aires, Los porteños, Aquí vivieron, El laberinto, El unicornio, Los viajeros, Invitados en El Paraíso, El escarabajo, Don Galaz de Buenos Aires y Los ídolos. Pero fue precisamente Bomarzo la pasión de Mujica Láinez, que además de asentar su prestigio fue elegida primero como cantata y luego como ópera por Alberto Ginastera. A pesar del éxito de su presentación en Nueva York y en Londres la obra fue prohibida en Buenos Aires por la dictadura militar de 1967. Mujica Láinez decía entonces: "el criterio moral en mi país depende del humor de funcionarios que terminan por pasar sin que nadie los recuerde".

Si no hubiera escrito Bomarzo en nada se vería disminuida su obra literaria. Pero el personaje, con el que se identificó, lo atrapó como ningún otro. "Se parecía a mí en la ambigüedad. El duque era extremadamente ambiguo en todos los aspectos de su vida. Y yo también. Además, los dos somos inseguros, tímidos, audaces, melancólicos, posesivos".

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